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Juan 5:39 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

39 Estudien las Escrituras, porque ustedes piensan que en ellas está la vida eterna, y ellas son las que testifican de mí;

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Biblia Reina Valera 1960

39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 »Ustedes estudian las Escrituras a fondo porque piensan que ellas les dan vida eterna. ¡Pero las Escrituras me señalan a mí!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Ustedes escudriñan las Escrituras pensando que encontrarán en ellas la vida eterna, y justamente ellas dan testimonio de mí.

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Escudriñáis° las Escrituras, porque os parece que en ellas tenéis vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 Vosotros investigáis las Escrituras, porque en ellas pensáis tener vida eterna. Pues son ellas, precisamente, las que dan testimonio de mí.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.

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Juan 5:39
51 Tagairtí Cros  

Jesús contestó: – Ustedes se equivocan, no conocen bien las Escrituras y tampoco conocen el poder de Dios.


Jesús respondió: – ¿Qué dice la ley de Moisés?


¿Acaso no leyeron las Escrituras? “La piedra que rechazaron los constructores se volvió la piedra principal;


Abraham le contestó: “Tienen los escritos de Moisés y de los profetas; ¡que los obedezcan!”.


Abraham dijo: “Si a los escritos de Moisés y de los profetas no obedecen, tampoco le harán caso aun muerto aunque resucite”.


Jesús les dijo: – ¡Qué tontos son ustedes! ¿Por qué son tan lentos para entender y creer en todo lo que dijeron los profetas?


Empezando por Moisés, hasta todos los profetas, Jesús les explicó a tráves de todas las Escrituras lo que se refería a Él.


Jesús les dijo: – Esto es lo que les había anunciado cuando todavía estaba con ustedes: que todo lo que está escrito sobre mí en la ley de Moisés, los libros de los profetas y en los Salmos tiene que cumplirse.


Felipe encuentra a Natanael y le dice: – Hemos hallado de quien Moisés y los profetas escribieron, a Jesús hijo de José, originario de Nazaret.


Pero hay otro que testifica acerca de mí, este testimonio sí tiene valor, porque es otro que está hablando sobre mí.


Yo tengo un testimonio mayor que el de Juan, las obras que me dio el Padre para que yo las haga. Estas obras que yo hago, testifican que el Padre me envió.


Sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para que tengan vida eterna.


Por que si creyeran en Moisés, ustedes creerían en mí; porque Moisés escribió sobre mí.


Los fariseos le interpelaron: – ¿Eres tú también de Galilea? Investiga y descubrirás que de Galilea no ha salido ningún profeta.


Los que habitan en Jerusalén, junto con sus gobernantes, no reconocieron a Jesús, no entendieron las palabras de los profetas aunque las leían cada sábado, no obstante, sin darse cuenta cumplieron las Escrituras condenándolo a la crucifixión.


Los miembros de esta sinagoga eran más nobles que los de Tesalónica, recibieron la Palabra con buena actitud, cada día examinaban las Escrituras, para verificar que lo aprendido era correcto.


Luego Pablo se dirigió al rey Agripa y le dijo: – Majestad, ¿Usted cree a los profetas? Yo sé que cree.


Este Evangelio que transforma toda la existencia humana, fue prometido hace mucho tiempo, por medio de los profetas en las Sagradas Escrituras


Ciertamente, reconozco que tuvieron ventajas por ser judíos, porque a ellos se les confió primeramente la Palabra de Dios.


Que la palabra de Cristo viva fructíferamente en ustedes, esta palabra da sabiduría y ayuda a que puedan enseñar y corregirse entre ustedes mismos, vivan la gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo, cantando salmos, himnos y cánticos espirituales con todo su corazón ante Dios.


pero ellos aspiraban a una patria mejor, un hogar celestial. Por eso, Dios no se avergonzó de ser su Dios y les preparó una ciudad.


Por la fe, las mujeres recibieron a sus muertos con la esperanza de la resurrección; pero otros fueron torturados y golpeados hasta la muerte, sin negar su fe para recibir la liberación de sus opresores, anhelando recibir algo mejor, la resurrección,


Me arrodillé a los pies del ángel para adorarlo, pero me dijo: “¡No hagas eso! Soy un siervo como tú y tus hermanos que viven el testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios! Porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía”. La victoria del jinete


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