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Hechos 4:30 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

30 Extiende tu mano para que se hagan sanidades, señales y maravillas, mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.

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Biblia Reina Valera 1960

30 mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 Extiende tu mano con poder sanador; que se hagan señales milagrosas y maravillas por medio del nombre de tu santo siervo Jesús».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 mientras tú manifiestas tu poder y das grandes golpes, realizando curaciones, señales y prodigios por el Nombre de tu santo siervo Jesús.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 mientras extiendes la mano para que haya sanidades y señales milagrosas, y prodigios mediante el nombre de tu santo Siervo Jesús.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 extiende tu mano para que se hagan curaciones, señales y prodigios mediante el nombre de tu santo siervo Jesús'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

30 y extiende tu mano para que sanidades, y milagros y prodigios sean hechos por el nombre de tu santo Hijo Jesús.

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Hechos 4:30
19 Tagairtí Cros  

Jesús le dijo: – Si no ves señales y milagros, no crees.


Israelitas, escuchen estas palabras sobre Jesús de Nazaret: un hombre respaldado por Dios y lo demostró ante ustedes; Dios obró con poderes sobrenaturales, milagros y señales en medio de ustedes, a través de Él, y ustedes lo saben;


Todos sentían un profundo respeto y los apóstoles hacían muchas maravillas y señales milagrosas.


El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, glorificó a su Hijo Jesús, al que ustedes entregaron y negaron en presencia de Pilatos, cuando él había decidido liberarlo.


y por la fe en el nombre de Jesús, este paralítico que ustedes conocían, recibió la sanidad completa delante de todos ustedes; así Jesús demostró su poder.


Pero Pedro le dijo: – No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: En el nombre de Jesús de Nazaret, ¡levántate y camina!


así que seré muy claro. Todos ustedes y todo el pueblo de Israel ya saben, que lo sanamos en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos.


En verdad, Herodes, Poncio Pilatos, los gentiles y los pueblos de Israel se confabularon contra Jesús aquí en Jerusalén. Él es tu santo Hijo, el Mesías que elegiste.


Dios, a través de las manos de los apóstoles, hacía señales y maravillas entre el pueblo; y todos estaban juntos en el pórtico de Salomón.


Esteban, lleno de gracia y de poder sobrenatural, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.


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