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Hebreos 5:5 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

5 Lo mismo sucede con Cristo: no se glorificó a sí mismo como Sumo Sacerdote, sino que Dios, quien le dio el honor de ser Sumo Sacerdote, lo glorificó, diciendo: “Tú eres mi hijo; heredas mi identidad”.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Por eso, Cristo no se honró a sí mismo haciéndose Sumo Sacerdote, sino que fue elegido por Dios, quien le dijo: «Tú eres mi Hijo. Hoy he llegado a ser tu Padre».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Y tampoco Cristo se atribuyó la dignidad de sumo sacerdote, sino que se la otorgó aquel que dice: Tú eres mi Hijo, te he dado vida hoy mismo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Así también el Mesías no se glorificó a sí mismo haciéndose Sumo Sacerdote, sino el que le dijo: Mi Hijo eres Tú, Yo te he engendrado hoy.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino que se la confirió aquel que le dijo: Tú eres Hijo mío, yo te he engendrado en este día.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Así también Cristo no se glorificó a sí mismo haciéndose Sumo Sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy;

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Hebreos 5:5
12 Tagairtí Cros  

En efecto, de tal manera amó Dios al mundo, con amor sacrificial, que entregó a su Hijo, el Unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna.


El que habla de sí mismo, busca su propia gloria y éxito, pero el que busca la gloria y el éxito del que lo envió, es verdadero y no habita ningún tipo de injusticia en él.


Jesús respondió: – Si yo me glorifico a mí mismo, esa gloria no tiene valor; es el Padre el que me glorifica, el que ustedes dicen que es su Dios.


Dios la ha cumplido plenamente a nosotros, los descendientes de ellos, al resucitar a Jesús. Como está escrito en el Salmo 2: “Tú eres mi hijo; hoy mismo te he engendrado”.


En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la carne anuló su poder; por eso Dios se donó a sí mismo a través de su Hijo que vino en una condición humana, semejante a la de los pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado y por medio de la humanidad de Cristo, Dios derrotó al pecado.


En el pasado, Dios habló a nuestros antepasados por medio de los profetas; les habló creativamente de muchas maneras, parciales y variadas;


Dios nunca le dijo esto a ninguno de los ángeles: – “Tú eres mi hijo; heredas mi identidad”. Tampoco dijo de ningún ángel: – “Yo seré su Padre y él será mi Hijo.”


Por eso se hizo semejante en todo a sus hermanos, vivió de manera integral y se identificó por misericordia con los seres humanos, y es un Sumo Sacerdote en quien podemos confiar, pues es compasivo en su servicio a Dios, de esta manera Jesús pudo ofrecer un sacrificio que quita los pecados de toda la humanidad.


Por lo tanto, hermanos, ustedes que han sido santificados y que tienen parte en el mismo llamamiento celestial, consideren a Jesús, apóstol y Sumo Sacerdote de la fe que profesamos; Jesús es el centro de nuestra fe.


y fue proclamado por Dios Sumo Sacerdote, según el orden real de Melquisedec.


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