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Hebreos 2:14 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

14 Así pues, como los hijos son de carne y sangre, también Cristo se hizo carne y sangre, para que por medio de su muerte destruyera al que tiene el dominio de la muerte, es decir, al diablo;

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Biblia Reina Valera 1960

14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Debido a que los hijos de Dios son seres humanos —hechos de carne y sangre— el Hijo también se hizo de carne y sangre. Pues solo como ser humano podía morir y solo mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía el poder sobre la muerte.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Puesto que esos hijos son de carne y sangre, Jesús también experimentó esta misma condición y, al morir, le quitó su poder al que reinaba por medio de la muerte, es decir, al diablo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Así que, por cuanto los hijos fueron consubstanciales° con sangre y carne, de igual manera Él también participó° de estas, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Y como los hijos comparten la sangre y la carne, de igual modo él participó de ambas, para que así, por la muerte, destruyera al que tenía el dominio de la muerte, o sea, al diablo,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, Él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,

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Hebreos 2:14
32 Tagairtí Cros  

Por eso Jesús dijo: – Dichoso eres tú, Simón, hijo de Jonás, pues eso no te lo reveló ni carne, ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.


Entonces el rey dirá a los que están a su izquierda: “Apártense de mí hacedores de maldad, vayan a la condenación eterna que ha sido preparada para el diablo y sus seguidores.


Y la Palabra de vida se encarnó y plantó su tabernáculo en nosotros, y hemos contemplado su gloria, la gloria del Unigénito que procede del Padre, lleno de gracia y de verdad.


En verdad, en verdad les digo, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, va a dar muchos frutos.


Por esta razón Cristo vivió, murió y resucitó, para ser Señor tanto de vivos como de muertos.


En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la carne anuló su poder; por eso Dios se donó a sí mismo a través de su Hijo que vino en una condición humana, semejante a la de los pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado y por medio de la humanidad de Cristo, Dios derrotó al pecado.


Dios prefirió lo que el mundo cree que no es importante, lo que desprecia y a lo que no le da valor para anular lo que el mundo cree que es importante;


Les digo esto queridos hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; pues la mortalidad no hereda la inmortalidad.


pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios mandó a su Hijo que nació de una mujer y vivió bajo la ley;


quitando fuerza a los a los gobernantes y autoridades que generaban maldad, y exhibió en público en la cruz, el triunfo de Cristo sobre el pecado.


Sin lugar a duda, grandes son las verdades espirituales: que Dios a través de Jesucristo fue encarnado, fue justificado en el Espíritu, fue visto y vivido por los ángeles, fue predicado entre los gentiles, el mundo tuvo fe en Él y fue recibido en el cielo con gloria.


Esta gracia fue revelada mediante la manifestación de nuestro Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida, regalándonos la vida eterna a través del Evangelio,


En virtud de esa voluntad, somos santificados y perfeccionados, mediante el sacrificio del cuerpo de Cristo, que fue único y definitivo.


Por eso cuando Cristo vino al mundo dijo: – “Tú no quieres sacrificios ni ofrendas interminables, sino que has preparado un cuerpo para mí.


Por eso se hizo semejante en todo a sus hermanos, vivió de manera integral y se identificó por misericordia con los seres humanos, y es un Sumo Sacerdote en quien podemos confiar, pues es compasivo en su servicio a Dios, de esta manera Jesús pudo ofrecer un sacrificio que quita los pecados de toda la humanidad.


Jesús mismo experimentó en todo el sufrimiento y la tentación, por eso puede ayudar efectivamente a aquellos que son tentados.


Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda empatizar y compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado.


De manera que Cristo fue mediador de una nueva alianza, para que los llamados reciban las promesas eternas, porque Cristo murió para redimir los pecados que fueron cometidos cuando estaban bajo la primera alianza.


Ya Dios había decidido antes de la fundación del mundo que Jesucristo se iba a manifestar al final de los tiempos por causa de ustedes.


Soy el que vive; estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo las llaves de la muerte y del Hades.


arrojaron del cielo al gran dragón, que es la serpiente antigua, llamada el Diablo y Satanás, que engaña a todo el mundo. Él y sus ángeles fueron lanzados a la tierra.


¡No tengas miedo de lo que estás por sufrir! Te advierto que el diablo meterá a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba y sufrirán aflicciones durante diez días. Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida.


Y prendió al dragón, aquella serpiente antigua que es el Diablo y Satanás, y lo encadenó por mil años;


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