Hebreos 12:24 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia24 están junto a Jesús, el mediador de la nueva alianza. En este lugar está la sangre que purifica, que es mucho mejor que la sangre de Abel, pues la sangre de Abel no ofrece perdón, sino que pide venganza, en cambio, la de Jesús proclama gracia y perdón. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 196024 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente24 Ustedes han llegado a Jesús, el mediador del nuevo pacto entre Dios y la gente, y también a la sangre rociada, que habla de perdón en lugar de clamar por venganza como la sangre de Abel. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)24 a Jesús, el mediador de la nueva alianza, llevando la sangre que purifica y que clama a Dios con más fuerza que la sangre de Abel. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion24 y a Jesús, mediador del nuevo pacto, y a la sangre de rociamiento que habla mejor que la de Abel.° Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 197524 a Jesús, mediador de una nueva alianza, y a la sangre rociada, que habla más elocuentemente que la de Abel. Féach an chaibidilBiblia Reina Valera Gómez (2023)24 y a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre del rociamiento que habla mejor que la de Abel. Féach an chaibidil |
Existieron muchos mediadores, y se establecieron muchas divisiones, pero Dios es uno solo; además, a causa de la mediación no había posibilidad de una relación directa con Dios, pero por medio de la promesa, se puede volver a la unidad de un solo pueblo de Dios que se relacione directamente con Él a través de Cristo.
Primero, Moisés le anunció los mandamientos de la ley a todo el pueblo (el testamento de Dios). Después, en un gesto solemne, tomó la sangre de las cabras y los terneros sacrificados, y la mezcló con agua. Tomó una lana roja y con un racimo de hisopo, roció la sangre sobre el pueblo y sobre el libro de la ley,
conforme al plan de Dios Padre, que actúa en cada creyente en un proceso de santificación a través del Espíritu, para capacitarlos a la obediencia y que participen de los beneficios de la sangre de Jesucristo: gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo y la paz, que es defender la justicia, sean multiplicadas en ustedes.