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Apocalipsis 9:19 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

19 Porque el poder de los caballos está en sus bocas y en sus colas; y sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas con las que hacían mucho daño.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 El poder de estos caballos estaba en la boca y en la cola, pues sus colas tenían cabezas como de serpiente, con el poder para herir a la gente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Es temible la boca de los caballos, pero también lo son las colas. Pues las colas son como serpientes y terminan en cabezas con las que causan daño.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Pues el poder° de los caballos está en sus bocas y en sus colas, porque sus colas son semejantes a serpientes, que tienen cabezas, y con ellas dañan.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Pues el poder de los caballos está en sus fauces y en sus colas. Sus colas son semejantes a serpientes provistas de cabezas con las que causan daño.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Porque su poder está en su boca y en sus colas; porque sus colas eran semejantes a serpientes, y tenían cabezas, y con ellas dañan.

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Apocalipsis 9:19
5 Tagairtí Cros  

Para que no seamos personas inmaduras, sacudidas por las nuevas falsas doctrinas y movidos por todo viento de malas enseñanzas causadas por personas que obran con astucia para inducirnos al error;


sus colas, con aguijones como los de los escorpiones, poseían el poder de hacer sufrir a las personas durante cinco meses.


Por causa de estas tres plagas, la tercera parte de la humanidad fue muerta; por el fuego, el humo y el azufre que salía de las bocas de los caballos.


El resto de la humanidad, es decir, los que no murieron a causa de estas plagas, tampoco se arrepintieron de sus malas acciones, no cambiaron su manera de pensar ni de vivir, ni dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, plata, bronce, piedra y madera, falsos dioses, los cuales no pueden ver ni oír ni andar;


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