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Apocalipsis 20:4 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

4 Y vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar; vi también las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios; los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen; tampoco se habían dejado poner su marca en la frente ni en la mano. Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil años;

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Después vi tronos, y los que estaban sentados en ellos habían recibido autoridad para juzgar. Vi las almas de aquellos que habían sido decapitados por dar testimonio acerca de Jesús y proclamar la palabra de Dios. Ellos no habían adorado a la bestia ni a su estatua, ni habían aceptado su marca en la frente o en las manos. Volvieron a la vida, y reinaron con Cristo durante mil años.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 También vi unos tronos, y sentados en ellos los que tienen poder para juzgar. Vi también las almas de aquellos a quienes les cortaron la cabeza por causa de las enseñanzas de Jesús y de la Palabra de Dios. Vi a todos los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen y no habían recibido su marca en la frente o en la mano. Volvieron a la vida y reinaron mil años con el Mesías.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y vi tronos, y se sentaron en ellos, y les fue concedido juzgar.° Vi también° las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por causa de la palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca en la frente y en su mano, y volvieron a vivir° para reinar con el Mesías mil años: Ésta es la primera resurrección,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Luego vi tronos. A los que se sentaron en ellos se les dio poder de juzgar. Y vi las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la Palabra de Dios, y a cuantos no habían adorado la bestia ni su imagen, ni habían recibido la marca en la frente ni en la mano. Volvieron a la vida y reinaron con Cristo por mil años.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Y vi tronos, y a los que se sentaron sobre ellos les fue dado juicio; y vi las almas de los decapitados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, y que no habían adorado la bestia, ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos, y vivieron y reinaron con Cristo mil años.

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Apocalipsis 20:4
40 Tagairtí Cros  

Mas Jesús les contestó: – En verdad les digo que ustedes los que me siguieron, cuando todas las cosas sean renovadas, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de gloria, ustedes también se sentarán en los doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.


Entonces muchos de ellos renunciarán a la fe para salvarse del sufrimiento; unos van a entregar a otros, y se odiarán mutuamente.


Cuando Herodes escuchó, dijo: – Es Juan, a quién le corté la cabeza, probablemente resucitó.


Enseguida, el rey ordenó a un verdugo que trajera la cabeza de Juan. Este se dirigió a la cárcel, la decapitó


Y le preguntaron a Jesús: – ¿Por qué dicen los maestros de la ley que Elías debe venir primero?


Juan irá delante, preparando el camino del Señor con el mismo poder espiritual que Elías, con el propósito de reconciliar a los padres con los hijos y a los desobedientes con la sabiduría de los justos, con el fin de preparar para el Señor un pueblo completamente dispuesto.


y serás plenamente feliz, porque ellos no tienen para recompensarte, así que tu recompensa será dada en la resurrección de los justos.


para que coman y beban a la mesa de mi reino, y para que tengan la autoridad de juzgar a las doce tribus de Israel.


En poco tiempo el mundo no me verá más, pero ustedes sí me verán, porque yo vivo, también ustedes vivirán.


Pues si el rechazo de ellos resultó en la reconciliación entre Dios y el mundo, ¿no será su restitución como volver de la muerte a la vida?


Y si somos hijos, también somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con Él, también seremos glorificados con Él.


Si soportamos todas las pruebas, también con Él reinaremos; si lo negamos, también Él nos negará.


quien, por su parte, testificó con su propia vida la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo, todo lo que vio y experimentó.


Yo, Juan, hermano de ustedes y compañero en el sufrimiento, en el reino y en la perseverancia que tenemos en Jesús, me encontraba exiliado en la isla de Patmos por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.


Sin embargo, después de tres días y medio, un espíritu de vida enviado por Dios entró en ellos, y se pusieron en pie, saliendo de entre los muertos, y su resurrección infundió temor en aquellos que los observaban.


El séptimo ángel tocó su trompeta y en el cielo resonaron fuertes voces que decían: “El reino del mundo ha venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo, y Él reinará por los siglos de los siglos”.


Y daré a mis dos testigos para que, vestidos de luto, profeticen durante mil doscientos sesenta días”.


Cuando los dos testigos terminen su testimonio, la bestia que sale de la profundidad del abismo hará guerra contra ellos, los vencerá y los matará.


Nuestros hermanos vencieron por la sangre del Cordero, y con sus testimonios de vida, y no se aferraron a sus propias vidas, sino que las entregaron bajo riesgo de muerte, por amor fueron mártires.


y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos; no habrá descanso ni de día ni de noche para el que adore a la bestia y su imagen ni para quien se deje poner la marca de su nombre”.


Vi también algo parecido a un mar de cristal, como de vidrio refinado por fuego; de pie, a la orilla del mar, vi a los que estaban venciendo a la bestia, a su imagen y al número de su nombre; ellos tenían las arpas de Dios.


La bestia que viste, era pero ya no es; también está a punto de subir del abismo profundo, pero va rumbo a la destrucción. Los habitantes de la tierra, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se asombrarán al ver a la bestia, que era, pero ya no es, y va a venir.


Al vencedor, que guarde hasta el fin mis obras, es decir, permanezca fiel hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones,


Plenamente felices y santos los que participan en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene poder sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él mil años.


Ya no habrá noche ni habrá necesidad de lámpara ni de la luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.


Al vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.


Rodeaban al trono otros veinticuatro tronos en los que estaban sentados “veinticuatro ancianos” vestidos de blanco y con coronas de oro en sus cabezas.


Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sufrido el martirio por causa de la palabra de Dios y por mantenerse fieles en su testimonio.


“¡No hagan daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos la frente de los siervos de nuestro Dios!”.


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