Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





2 Corintios 12:19 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

19 ¿Todo este tiempo han pensado que nos estábamos disculpando ante ustedes? ¡Más bien, hemos estado hablando delante de Dios en Cristo! Todo lo que hacemos y decimos, queridos hermanos, es para su edificación y crecimiento integral.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

19 ¿Pensáis aún que nos disculpamos con vosotros? Delante de Dios en Cristo hablamos; y todo, muy amados, para vuestra edificación.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Tal vez piensen que decimos estas cosas solo para defendernos. No, les decimos esto como siervos de Cristo y con Dios como testigo. Todo lo que hacemos, queridos amigos, es para fortalecerlos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Tal vez les parecerá que de nuevo tratamos de justificarnos ante ustedes. Pero no; hablamos en Cristo y delante de Dios, y todo esto, amados, es por ustedes, para su provecho espiritual.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

19 Todo este tiempo habéis estado pensando que nos defendíamos ante vosotros, pero, de hecho, es ante Dios que hemos estado hablando en el Mesías; y todo, amados, para vuestra edificación.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 ¿Estáis pensando desde hace tiempo que nos estamos defendiendo ante vosotros? ¡Es ante Dios, en Cristo, como estamos hablando! Y todo, amados míos, para edificación vuestra.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 ¿Pensáis aún que nos excusamos con vosotros? Delante de Dios en Cristo hablamos; mas todo lo hacemos, muy amados, para vuestra edificación.

Féach an chaibidil Cóip




2 Corintios 12:19
20 Tagairtí Cros  

Mis amados hermanos, no traten de vengarse por ustedes mismos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: “Mía es la venganza; Yo le daré a cada cual su merecido; dice el Señor”.


Por lo tanto, esforcémonos por promover la paz viviendo pacíficamente unos con otros y construyámonos mutuamente, dignificando al otro.


Cada uno de nosotros debemos pensar en lo que es bueno para el prójimo y tratar de agradarlo; así lo ayudamos a fortalecer su fe.


Digo la verdad en Cristo; no miento, el Espíritu Santo que guía mi conciencia, da testimonio


Mis amados hermanos, por favor huyan de la idolatría.


Más bien, sigan mi ejemplo, ya que yo personalmente traté de hacer el bien para todos, no buscando mi propio beneficio, con el propósito de que muchos se salven.


¿Qué aprendemos de esto hermanos? Que cuando se reúnan para los cultos, cada uno pueda aportar de alguna forma: cantar un himno, dar enseñanza, brindar una revelación, un mensaje en lenguas, o una interpretación de lenguas; todo esto debe hacerse para la edificación de la iglesia.


Sé que quizás insisto demasiado en la autoridad que nos dio el Señor, pero no me avergüenzo, porque el Señor nos dio esa autoridad para ayudarlos en su edificación, no para destruirlos.


Ya que la verdad de Cristo está en mí, nadie en las regiones de Acaya podrá privarme de este motivo de orgullo.


El Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, quien es bendito por siempre, sabe que no estoy mintiendo.


Me siento feliz de gastar todo lo que tengo, incluso a mí mismo, para ayudarlos integralmente. ¿Será que cuanto más los quiero, menos me quieren ustedes?


Por eso escribo todo estando ausente, para que cuando esté presente no tenga que ser severo en el uso de mi autoridad, la cual el Señor me ha dado para edificación y no para destrucción.


Nosotros no traficamos, ni adulteramos la Palabra de Dios como si fuera mercancía, como lo hacen muchos; al contrario, la predicamos con sinceridad delante de Dios, en Cristo Jesús.


¿Acaso parece que estuviéramos recomendándonos a nosotros mismos? ¿Acaso es que necesitamos presentarles o pedirles una carta de recomendación como lo hacen otros? No hay ninguna necesidad de eso;


Así, queridos hermanos y hermanas en Cristo, Dios nos hizo estas promesas, y debemos vivirlas; por eso, para que Dios nos acepte, purifiquémonos alejándonos de cualquier cosa que contamine nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perfeccionándonos en santidad y respetando a Dios.


Así que, mis amados y estimados hermanos, ustedes han sido el fruto de mi vida apostólica, gloria y alegría de mi ministerio, por ello, estén firmes.


Por lo tanto, ayúdense y edifíquense los unos a los otros, como seguramente lo están haciendo.


Pero acerca de ustedes, mis queridos hermanos, estamos convencidos de que eso no les pasará, estamos seguros de que les espera lo mejor, tenemos pensamientos de que ustedes caminarán hacia la salvación, por eso les advertimos fuertemente.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí