1 Pedro 1:17 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia17 Porque si oran al Padre, Él no tiene favoritos y juzga a cada uno según su conducta. Entonces, permanezcan en respeto y temor a Dios mientras vivan en esta tierra; Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 196017 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente17 Recuerden que el Padre celestial, a quien ustedes oran, no tiene favoritos. Él los juzgará o los recompensará según lo que hagan. Así que tienen que vivir con un reverente temor de él durante su estadía aquí como «residentes temporales». Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)17 El Padre que invocan no hace diferencias entre personas, sino que juzga a cada uno según sus obras; tomen, pues, en serio estos años en que viven fuera de la patria. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion17 Y si invocáis por Padre al que juzga imparcialmente según la obra de cada uno, conducíos con temor todo el tiempo de vuestra peregrinación, Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 197517 Y si invocáis como Padre al que juzga imparcialmente a cada uno según sus obras, conducíos con temor en el tiempo de vuestra peregrinación, Féach an chaibidilBiblia Reina Valera Gómez (2023)17 Y si invocáis al Padre, que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; Féach an chaibidil |
Miren, la tristeza que ustedes vivieron fue transformadora y produjo notables cambios, también vivieron sentimientos encontrados: reaccionaron con mecanismos de defensa, indignación, temor, recuerdos de afectos, reivindicación; esta tristeza los hizo más reverentes, más humanos y todo esto los llevó a una restauración interna, y los condujo a una pureza de vida.
Ni siquiera los que eran reconocidos como líderes, y nos habían escuchado, dijeron nada, más bien respetaron lo que estábamos haciendo, y si no nos hubieran respetado, me da igual, pues no me interesa si eran reconocidos o no, porque Dios no juzga por las apariencias o títulos, para Él todos son iguales.