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1 Juan 5:4 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

4 Pues todo aquel que ha sido engendrado por Dios, vence las tendencias pecaminosas del mundo; y esta es la victoria: practicar una fe por identidad en Dios a través de Cristo.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Pues todo hijo de Dios vence a este mundo de maldad, y logramos esa victoria por medio de nuestra fe.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo, y la victoria en que el mundo ha sido vencido es nuestra fe.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido° al mundo: nuestra fe.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Porque todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.

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1 Juan 5:4
21 Tagairtí Cros  

hijos que no nacieron por sangre, ni por voluntad de la carne, ni por voluntad de hombre, sino que nacieron por la voluntad Dios.


Estas cosas les he enseñado con el propósito de que tengan paz a través de mí. En este mundo tendrán crisis, pero ¡anímense!, porque yo vencí al mundo.


Jesús le respondió diciendo: – En verdad, en verdad te digo, el que no nace de nuevo, no puede vivir, tampoco experimentar el reino de Dios.


¡Pero gracias a Dios que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!


Si ustedes conocen que Él es justo, entonces conocen íntimamente que todo aquel que practica la justicia, del mismo Cristo ha nacido y tiene identidad en Él.


Todo el que ha sido engendrado por Dios no practica el pecado, pues la semilla o identidad de Dios mismo permanece en él y no debe, ni puede seguir en el pecado, porque es un hijo de Dios.


Ustedes hijos míos, son de Dios y han vencido a los enemigos de Cristo, pues mayor es Jesucristo, que está en ustedes, que sus enemigos que están en el mundo.


Todo el que tiene fe en que Jesús es el Cristo, de Dios ha sido engendrado, y todo el que ama al que engendró a Jesús, ama también a Jesús.


Sabemos que todo aquel que ha sido engendrado por Dios no continúa en el pecado, porque el que fue engendrado por Dios es protegido por Él mismo de las artimañas malignas del enemigo.


¿Quién es el que vence constantemente las tendencias pecaminosas del mundo? El que tiene una fe por identidad de que Jesús es el Hijo de Dios.


Nuestros hermanos vencieron por la sangre del Cordero, y con sus testimonios de vida, y no se aferraron a sus propias vidas, sino que las entregaron bajo riesgo de muerte, por amor fueron mártires.


Vi también algo parecido a un mar de cristal, como de vidrio refinado por fuego; de pie, a la orilla del mar, vi a los que estaban venciendo a la bestia, a su imagen y al número de su nombre; ellos tenían las arpas de Dios.


El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor no sufrirá daño alguno de la segunda muerte. El mensaje a Pérgamo


El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido y le daré también una piedrecita blanca en la que está escrito un nombre nuevo que solo conoce quien la recibe.


Al vencedor, que guarde hasta el fin mis obras, es decir, permanezca fiel hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones,


El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida que está en el paraíso de Dios.


Al vencedor, lo haré columna del templo de mi Dios y ya no saldrá de allí; escribiré en él el nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la que baja del cielo de parte de mi Dios; también grabaré en él mi nuevo nombre.


Al vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.


Al vencedor, se le vestirá de blanco. Jamás borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.


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