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Tito 1:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

3 y ahora, a su debido tiempo, ha cumplido esta promesa por medio de las buenas noticias que, por mandato de Dios, nuestro Salvador, me han sido encomendadas proclamar.

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Biblia Reina Valera 1960

3 y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro Salvador,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Y ahora, en el momento preciso, él dio a conocer este mensaje, que nosotros anunciamos a todos. Es por mandato de Dios nuestro Salvador que se me ha confiado esta tarea para él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El habló con toda claridad en el tiempo fijado, y ése es el mensaje que me ha sido encargado por decisión de Dios, nuestro Salvador.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 pero° en sus propios tiempos manifestó su palabra por la predicación que me fue encomendada° por orden de Dios nuestro Salvador:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 y que, a su debido tiempo, manifestó su palabra mediante la proclamación que me fue encomendada por orden de Dios nuestro Salvador,

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Tito 1:3
39 Tagairtí Cros  

¡Miren! ¡Dios ha acudido a salvarme! Estaré confiado y no temeré, porque el Señor es mi fuerza y mi canción, ¡él es mi salvación!


Ciertamente, oh Dios de Israel, Salvador, te manifiestas en formas misteriosas y extrañas.


Consulten entre ustedes, argumenten su causa. ¿Quién sino Dios dijo que todo esto se cumpliría? Porque no hay Dios sino yo, Dios justo y Salvador. No, ¡no hay ni uno!


»”Entonces los dos reyes estarán pensando en hacerse daño el uno al otro en la mesa de negociación, procurando engañarse mutuamente. Pero no importará, pues ninguno de los dos podrá tener éxito hasta que haya llegado el tiempo determinado por Dios.


»”Cuando sus gobiernos lleguen a su fin, y su maldad llegue al colmo, un rey astuto y cruel asumirá el poder.


»”Setenta semanas han de pasar para que tu pueblo y Jerusalén pongan fin a su terquedad y maldad, para que pidan perdón por su maldad, establezcan para siempre la justicia, para que se cumplan la visión y la profecía, y consagren el lugar más especial del templo.


Las cosas que planeo no ocurrirán tan pronto, pero con toda seguridad ocurrirán. Aunque pienses que se demoran en cumplirse, no te desesperes. ¡Todo acontecerá en el día que he señalado!


«¡Llegó por fin la hora! —anunciaba—. ¡El reino de Dios está cerca! Arrepiéntanse y crean las buenas noticias».


Antes del fin deberá predicarse el evangelio a todas las naciones.


Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura.


mi espíritu se llena de alegría porque Dios es mi Salvador.


Estoy seguro de que ya ustedes habrán oído hablar de las buenas noticias que recibió el pueblo de Israel sobre la paz con Dios, que se puede obtener mediante Jesús el Mesías, Señor de todos. Este mensaje empezó en Galilea y ha estado resonando en Judea desde que Juan el Bautista comenzó a predicar el bautismo.


De un solo hombre creó a la humanidad, y luego distribuyó las naciones sobre la faz de la tierra, tras decidir de antemano cuándo y cuáles serían sus fronteras.


También por medio de los milagros y señales poderosas que he realizado mediante el poder del Espíritu de Dios. He estado predicando el evangelio de Cristo por todas partes, desde Jerusalén hasta Iliria.


El Dios eterno mantuvo en secreto su plan por muchos siglos, pero ahora lo ha dado a conocer por medio de las Escrituras proféticas. Esto, de acuerdo con su propio mandato, para que todas las naciones obedezcan a la fe. ¡Al que puede fortalecerlos a ustedes conforme a mi evangelio y a la predicación acerca de Jesucristo,


Cuando éramos incapaces de salvarnos, Cristo llegó en el momento oportuno y murió por los pecadores.


Si lo hiciera por voluntad propia, recompensa tendría del Señor; pero ese no es el caso, porque Dios me escogió y me dio esta sagrada encomienda.


Pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,


Cuando llegue el tiempo preciso, Dios reunirá todas las cosas —las que están en el cielo y en la tierra— bajo una cabeza, Cristo.


Cristo vino a proclamar las buenas nuevas de paz a ustedes que estaban lejos y a nosotros que estábamos cerca.


Toda la guardia del palacio y todos los demás saben que estoy encadenado por causa de Cristo.


Pero para esto tienen que creer firmemente y no abandonar la esperanza que tienen gracias a las buenas noticias. Estas son las buenas noticias que un día escucharon y que ahora mismo están siendo proclamadas en el mundo entero. Y yo, Pablo, trabajo anunciándolas.


Esas buenas nuevas que escucharon ustedes están dando fruto y creciendo en todo el mundo, como también sucedió entre ustedes mismos desde el día en que escucharon y entendieron la gracia de Dios.


Al contrario, hablamos porque Dios nos aprobó y confió en nosotros para anunciar el evangelio. Nosotros no tratamos de agradar a la gente sino a Dios, que es el que conoce nuestro corazón.


Pablo, apóstol de Cristo Jesús por mandato de Dios nuestro Salvador y de Cristo Jesús nuestra esperanza,


del glorioso evangelio que el bendito Dios me ha confiado.


Esto es bueno y agrada a Dios, nuestro Salvador,


En efecto, si trabajamos arduamente y sufrimos mucho es porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, que es el salvador de todos, particularmente de los que creen.


Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para predicar el mensaje que todos oyeron. Dios me libró de la boca del león.


ni rateros, demostrando así que son dignos de toda confianza. De esta manera honrarán las enseñanzas de Dios nuestro Salvador.


con la mirada puesta en el día en que se cumpla la bendita promesa de su venida y se manifieste la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.


Entonces el que estaba sentado en la nube pasó la hoz sobre la tierra y recogió la cosecha.


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