Proverbios 26:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

¹ Ni la nieve es para el verano, ni la lluvia para la cosecha, ni los honores para el necio.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

¹ Como no conviene la nieve en el verano, ni la lluvia en la siega, Así no conviene al necio la honra.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹ Como la nieve no es para el verano ni la lluvia para la cosecha, tampoco el honor es para los necios.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹ Ni nieve en verano, ni lluvia en la cosecha: tampoco convienen honores a un tonto.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹ Ni la nieve al verano ni la lluvia a la siega, Ni la honra al necio les van bien.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹ Como nieve en verano y lluvia en la siega, así la gloria desdice del necio.

Proverbios 26:1 Tagairtí Cros

Ester 4:6

Hatac salió a la plaza de la ciudad y encontró a Mardoqueo en las afueras del palacio.

Ester 4:9

Hatac regresó enseguida ante Ester con el mensaje de Mardoqueo.

Salmos 12:8

aunque ronden por todas partes y la maldad sea exaltada por toda la tierra.

Salmos 15:4

que desprecia al que Dios reprueba pero honra al que le teme al Señor; que cumple lo prometido aunque salga perjudicado;

Salmos 52:1

Tú te las das de héroe, ¿verdad? Te alabas por este crimen que cometiste contra el pueblo de Dios.

Proverbios 17:7

No es de esperarse que el rebelde diga la verdad ni que los reyes digan mentiras.

Proverbios 19:10

No se ve bien que el necio viva con lujo o que el esclavo gobierne a los príncipes.

Proverbios 26:3

El látigo es para el caballo, el freno para el burro y la vara, para la espalda del necio.

Proverbios 26:8

Honrar al necio es tan descabellado como atar una piedra a la honda.

Proverbios 28:16

El gobernante que no tiene entendimiento oprimirá a su pueblo; pero el que no es avaro tendrá larga vida.

Jueces 9:20

Pero si no han sido justos con Gedeón, que Abimélec destruya a los ciudadanos de Siquén y Bet Miló y que ellos destruyan a Abimélec».

Jueces 9:7

Cuando Jotán oyó esto, se paró sobre el monte Guerizín y gritó para que lo oyeran los hombres de Siquén: «Si les interesa la bendición de Dios, escúchenme.