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Proverbios 20:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

6 Muchos dicen que son amigos fieles, ¿pero se puede encontrar a alguien en quien confiar?

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Biblia Reina Valera 1960

6 Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad, Pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Muchos se dicen ser amigos fieles, ¿pero quién podrá encontrar uno realmente digno de confianza?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 De mucha gente se dice que son buenos, pero ¿quién hallará a un hombre fiel?

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Muchos proclaman sus propias bondades, Pero un hombre de fiar, ¿quién lo hallará?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Muchos hombres se proclaman amigos; pero un hombre fiel, ¿quién lo hallará?

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Proverbios 20:6
16 Tagairtí Cros  

Señor, ¡ayúdanos! Rápidamente van desapareciendo los piadosos. Ya no queda gente fiel en este mundo.


Se mienten unos a otros, hablando con labios aduladores; ya no hay sinceridad.


Los pensamientos secretos son como aguas profundas; el que es inteligente los conocerá.


El que no da el regalo prometido, es como la nube y el viento que no traen nada de lluvia.


Deja que sean otros los que te alaben; no te alabes tú mismo.


¡Corran arriba y abajo por todas las calles de Jerusalén; busquen con cuidado por todas partes para ver si pueden hallar siquiera una persona justa y honrada! Si encuentran aunque sea una, no destruiré la ciudad.


¡Ay de mí! Soy como el que ha llegado después de que ha pasado la cosecha y ya no encuentra ni higos ni uvas para comer. ¡Y yo que con tanta ilusión esperé por los buenos frutos!


Ya no hay gente honrada en este país. ¡Ya no queda en este país ni una sola persona que practique la justicia! Son todas homicidas, que se vuelven contra sus propios familiares. ¡Unos a otros buscan hacerse daño!


Cuando den alguna limosna, no lo anden proclamando como los hipócritas, que tocan trompetas en las sinagogas y en las calles para que la gente se fije en lo caritativos que son. ¡Les aseguro que, aparte de eso, no tendrán otra recompensa!


El fariseo, de pie, oraba así: “Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres que son ladrones, malhechores, adúlteros; ni mucho menos soy como este cobrador de impuestos.


Pedro le dijo: ―Pues nosotros hemos dejado todo para seguirte.


Yo les aseguro que él les hará justicia sin tardar. Pero cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará fe en la tierra?».


Pedro respondió: ―Señor, estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel y aun a la muerte.


Cuando Jesús vio que Natanael se le acercaba, dijo: ―Aquí viene un verdadero israelita, en el que no hay engaño.


He sido un necio al andar con jactancias como estas; pero ustedes me han obligado, ya que ustedes son los que debían haber hablado bien de mí. En nada soy inferior a los superapóstoles, aunque a fin de cuentas yo no soy nada.


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