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Oseas 4:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

9 Y así se cumple aquello de que “cual el sacerdote, tal el pueblo”, y como los sacerdotes son malvados, el pueblo lo es también. Por lo tanto yo castigaré tanto a los sacerdotes como al pueblo por sus hechos malvados.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

9 Y será el pueblo como el sacerdote; le castigaré por su conducta, y le pagaré conforme a sus obras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 “Y lo que hacen los sacerdotes, el pueblo también lo hace”. Así que ahora castigaré tanto a los sacerdotes como al pueblo por sus perversas acciones.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Trataré al sacerdote como al pueblo y le pediré cuentas por su conducta; a cada cual retribuiré según sus obras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Pero la suerte del sacerdote será como la del pueblo, Visitaré° sobre él sus caminos, y le daré el pago de sus malos hechos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Será del sacerdote lo mismo que del pueblo: lo castigaré por su conducta y le pagaré según sus obras.

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Oseas 4:9
23 Tagairtí Cros  

Si los justos reciben su recompensa aquí en la tierra, ¡cuánto más los malvados recibirán lo que se merecen!


Cada uno recibe el fruto de lo que habla, y el fruto del trabajo de sus manos.


Al malvado lo tienen atrapado sus propios pecados, son cuerdas que lo atan y retienen.


Sacerdotes y pueblo, siervos y señores, esclavas y amas, compradores y vendedores, prestamistas y los que toman prestado, banqueros y deudores: ¡nadie escapará!


Pero todo le saldrá bien al justo. Díganle: «¡Qué hermosa recompensa te espera!».


los profetas anunciando mentiras y los sacerdotes muy contentos apoyándolos. Y al pueblo parece que le gusta esta situación. ¡¿Dónde irá a parar toda esta locura?!


Y los hombres de la tribu de Leví, quienes me abandonaron cuando Israel se alejó de Dios para irse hacia los ídolos, deben ser castigados por su falta de fidelidad.


Pero como ellos incitaron a la gente a rendir homenajes a otros dioses, causando que Israel cayera en maldad profunda, he alzado mi mano y jurado, dice el Señor Dios, que ellos deben ser castigados.


Y el Señor le dijo a Oseas: «Llámalo Jezrel, pues en el valle de Jezrel estoy por castigar a la dinastía del rey Jehú. Porque pronto le haré pagar por los asesinatos que cometió en el valle de Jezrel. Así pondré fin al tiempo de Israel como reino independiente, pues acabaré con el poder que tiene como nación».


Vendré contra ti por tu desobediencia; juntaré los ejércitos de las naciones contra ti para castigarte por tus múltiples maldades.


Pero el Señor tiene un pleito contra Judá, y lo castigará por todo lo malo que ha hecho; sí, le dará a Jacob lo que se merece por su mala conducta.


Está tan inclinado a la violencia que ya en el seno materno peleó con su hermano gemelo y cuando llegó a ser adulto, luchó con el enviado del Señor.


Su gente jamás parece reconocer que yo los estoy observando. Sus hechos malvados los delatan por todos lados, y ninguno de ellos se oculta de mi vista. ¡No se me escapa nada de lo que hacen!


Aunque ahora quisieran por fin rendirme homenaje solo a mí, yo no lo aceptaría. Más bien voy a exigirles cuentas por sus pecados y luego los castigaré. ¡Otra vez haré que sean esclavos de Egipto!


El Señor dice: «Toda su maldad comenzó en Guilgal; allí yo comencé a odiarlos. Yo los expulsaré de mi tierra por causa de su idolatría. No los amaré más, pues todos sus jefes son rebeldes a mí.


Las cosas que hace mi pueblo son tan depravadas como las que hicieron en Guibeá. ¡Pero el Señor no se olvida de sus maldades y los castigará por todo el mal que han hecho!


Pero se cumplió en ellos todo lo que les advertí por medio de mis profetas. Sí, el castigo anunciado cayó sobre ellos. Entonces al fin se arrepintieron. “Hemos recibido del Señor Todopoderoso lo que merecían nuestras malas acciones”, dijeron. “El Señor hizo lo que nos había advertido que haría”».


Así que no les hagan caso, porque son ciegos que tratan de guiar a otros ciegos y lo único que logran es caer juntos en el hoyo.


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