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Números 11:26 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

26 Pero dos de aquellos setenta —Eldad y Medad— se habían quedado en el campamento, y cuando el Espíritu vino a ellos, profetizaron allí.

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Biblia Reina Valera 1960

26 Y habían quedado en el campamento dos varones, llamados el uno Eldad y el otro Medad, sobre los cuales también reposó el espíritu; estaban estos entre los inscritos, pero no habían venido al tabernáculo; y profetizaron en el campamento.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Sin embargo, dos hombres, Eldad y Medad, se habían quedado en el campamento. Ellos estaban incluidos en la lista de los ancianos, pero no se presentaron en el tabernáculo. Aun así, el Espíritu también se posó sobre ellos y profetizaron allí en el campamento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Dos hombres se habían quedado en el campamento, el primero se llamaba Eldad y el otro, Medad; el espíritu se posó sobre ellos. Pertenecían a los inscritos, pero no habían ido a la Tienda, y profetizaron en el campamento.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Habían quedado en el campamento dos varones, uno de nombre Eldad y el segundo de nombre Medad. El Espíritu reposó también sobre ellos, pues figuraban entre los inscritos, y aunque no habían ido a la Tienda, profetizaron en el campamento.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Se habían quedado en el campamento dos hombres, el uno llamado Eldad y el otro Medad. El espíritu se posó también sobre ellos, porque eran del número de los designados, aunque no habían ido a la tienda, y profetizaron en el campamento.

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Números 11:26
11 Tagairtí Cros  

Un día, el espíritu de Dios vino sobre Azarías hijo de Obed,


»Tú fuiste paciente con ellos por muchos años. Enviaste profetas que les advirtieran la gravedad de su pecado, pero no quisieron oír. Entonces una vez más permitiste que las otras naciones los vencieran y los conquistaran.


―Pero, yo no soy la persona adecuada para esta tarea —le dijo Moisés a Dios.


«¡Oh Señor Dios», dije yo, «no puedo hacer eso! ¡No soy más que un muchacho! ¡Ni siquiera puedo hablar con soltura!».


Cuando todo estuvo terminado, Jeremías le dijo a Baruc: ―Ya que estoy preso aquí,


Un muchacho fue corriendo y le explicó a Moisés lo que estaba sucediendo,


que estaba ocupando la llanura y ordenado según sus tribus. Entonces el Espíritu del Señor vino sobre Balán,


Le preguntaron al Señor: ―¿Dónde está? ¿Está entre nosotros? Y el Señor respondió: ―Está escondido entre el bagaje.


En ese momento el Espíritu del Señor descenderá repentinamente sobre ti y tú profetizarás con ellos y sentirás y actuarás como una persona diferente.


Saúl no dijo nada ese día porque supuso que algo había pasado, que quizás David estaba ceremonialmente impuro.


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