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Números 11:25 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

25 Y el Señor descendió en la nube y habló con Moisés, y tomó del Espíritu que había en Moisés y lo puso en los setenta ancianos; y cuando el Espíritu estuvo en ellos, profetizaron una sola vez.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Después el Señor descendió en la nube y le habló a Moisés. Entonces les dio a los setenta ancianos del mismo Espíritu que estaba sobre Moisés; y cuando el Espíritu se posó sobre ellos, los ancianos profetizaron; pero esto nunca volvió a suceder.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Entonces Yavé bajó en la nube y habló, luego tomó del espíritu que estaba en Moisés y lo puso en los setenta hombres ancianos. Cuando el espíritu se posó sobre ellos, se pusieron a profetizar, pero después no lo hicieron más.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 YHVH descendió en la nube y le habló. Luego tomó del Espíritu que había sobre él y lo puso sobre los setenta ancianos, y en cuanto el Espíritu descansó sobre ellos profetizaron, pero después no continuaron.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Yahveh descendió en la nube y le habló; tomó del espíritu que había en él y lo puso sobre los setenta ancianos. Tan pronto como el espíritu se posó en ellos, comenzaron a profetizar, pero sólo lo hicieron aquella vez.

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Números 11:25
28 Tagairtí Cros  

Cuando los jóvenes profetas de Jericó vieron lo ocurrido, exclamaron: «¡El espíritu de Elías está sobre Eliseo!». Y fueron a su encuentro, y lo saludaron con respeto.


»Enviaste tu generoso espíritu para que les enseñara, y no dejaste de darles pan del cielo o agua para la sed.


Les habló desde la columna de nube y ellos siguieron las leyes y mandamientos que él les dio.


Sólo te ruego que perdones su pecado. Si no lo haces, te pido que borres mi nombre del libro que has escrito.


El Señor descendió en la forma de una columna de nube y estuvo allí con él, y pasó delante de él y anunció el significado de su nombre: ―Yo soy el Señor, Dios de misericordia y de gracia —dijo—. Soy lento para la ira y grande en misericordia y verdad.


La nube se posaba sobre el santuario durante el día, y en la noche la nube se encendía con fuego, para que el pueblo de Israel pudiera ver. Y esto sucedió durante toda su marcha por el desierto.


Entonces ellos recordaron los días de antaño cuando Moisés, siervo de Dios, sacó de Egipto a su pueblo y clamaron: ¿Dónde está el que sacó a Israel a través del mar, con Moisés como pastor suyo? ¿Dónde está el Dios que envió su santo Espíritu a morar entre su pueblo?


Setenta de los sabios consejeros de Israel estaban allí junto con Jazanías, hijo de Safán, rindiendo homenaje a las imágenes y las esculturas. Cada uno de ellos tenía un incensario, así que había una espesa nube de humo sobre sus cabezas.


Yo descenderé y hablaré contigo allí, y tomaré del Espíritu que hay en ti y lo pondré también en ellos. Ellos te ayudarán a llevar la carga de modo que no tengas que hacer este trabajo solo.


De inmediato el Señor descendió en la nube y se situó a la entrada del santuario, y les ordenó a Miriam y Aarón que se acercaran. Y ellos lo hicieron.


Moisés corrió a las tiendas de Datán y Abirán seguido muy de cerca por los doscientos cincuenta jefes israelitas.


que estaba ocupando la llanura y ordenado según sus tribus. Entonces el Espíritu del Señor vino sobre Balán,


El Señor contestó: ―Toma a Josué (hijo de Nun), quien tiene al Espíritu,


Uno de ellos, Ágabo, se puso de pie y predijo por medio del Espíritu que iba a haber una gran hambre en todo el mundo (predicción que se cumplió durante el reinado de Claudio).


El don de la profecía está bajo el control de los profetas.


De lo alto nos viene todo lo bueno y perfecto. Allí es donde está el Padre que creó todos los astros del cielo, y que no cambia como las sombras.


porque los profetas no hablaron por su propia iniciativa. Ellos hablaron de parte de Dios, y fueron inspirados por el Espíritu Santo.


El Espíritu del Señor vino sobre Otoniel, y gobernó a Israel, y salió en guerra contra el rey Cusán Risatayin, y el Señor ayudó a Israel a vencerlo completamente.


Al llegar Saúl y su criado al monte de Dios, vieron a los profetas que descendían hacia ellos y el Espíritu de Dios descendió sobre Saúl y él también comenzó a profetizar.


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