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Números 10:33 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

33 Tras dejar el monte Sinaí, viajaron tres días con el cofre al frente de la columna, para elegir lugar donde detenerse.

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Biblia Reina Valera 1960

33 Así partieron del monte de Jehová camino de tres días; y el arca del pacto de Jehová fue delante de ellos camino de tres días, buscándoles lugar de descanso.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

33 Así que después de salir del monte del Señor, marcharon por tres días; y el arca del pacto del Señor iba delante de ellos para indicarles dónde detenerse y descansar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 Saliendo de la montaña de Yavé, caminaron tres días, y durante esos tres días de marcha, el Arca de la Alianza iba delante de ellos para ubicarles un lugar donde descansar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 Partieron pues del monte de YHVH en viaje de tres jornadas, y durante los tres días de camino, el Arca del Pacto de YHVH marchaba delante de ellos para buscarles lugar de descanso.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Partieron, pues, de la montaña de Yahveh y caminaron tres días. El arca de la alianza de Yahveh iba delante de ellos durante esos tres días de marcha, buscándoles dónde acampar.

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Números 10:33
25 Tagairtí Cros  

Así que, en mi enojo, hice un juramento: “Jamás entrarán en mi reposo”».


Un día, mientras Moisés pastoreaba los rebaños de su suegro Jetro, sacerdote de Madián, al otro lado del desierto, cerca de Horeb, monte de Dios,


En aquel día, el que creó la dinastía real de David será estandarte de salvación para todo el mundo. Las naciones acudirán a él, pues el sitio en donde viva será un lugar glorioso.


Podrían disfrutar de reposo en su propia tierra si obedecieran a Dios y fueran generosos y buenos. Eso les dijo el Señor, pero no quisieron oírle.


El cielo es mi trono y la tierra es apoyo para mis pies. ¿Qué templo semejante a este pueden construirme ustedes?


Entonces, cuando su tierra esté nuevamente poblada, dice el Señor, ya no suspirarán por «los buenos tiempos que fueron» cuando tenían el cofre del pacto de Dios. No echarán de menos aquellos días y ni siquiera pensarán en ellos, y el cofre no será reconstruido,


Yo los cuidaré como hice con los que se liberaron de Egipto, a quienes mostré mi amor en el desierto, cuando Israel buscaba reposo.


El Señor les dio el mejor consejo: Pregunten dónde está el buen camino, las instrucciones justas en las que antes se orientaban, y vuelvan a vivir conforme a ellas. ¡Ya verán lo bien que se sentirán por ello! Pero responden: «¡No, estamos bien así!».


y los israelitas salieron del desierto de Sinaí y siguieron la nube hasta que esta se detuvo en el desierto de Parán.


quien los había guiado por el camino y había elegido los mejores lugares para que acamparan, y los había guiado con una columna de fuego por la noche y una columna de nubes durante el día.


que pusieran este libro de la ley junto al cofre del pacto como solemne advertencia al pueblo de Israel.


Yo estaba en el monte en ese momento recibiendo las tablas de piedra, las tablas de la alianza que el Señor había hecho contigo. Estuve allí cuarenta días y cuarenta noches, y en todo ese tiempo nada comí. Ni siquiera tomé agua.


El Dios que da la paz levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, por medio de la sangre del pacto eterno.


puedan decirles: “Es para recordar que el río Jordán dejó de correr cuando el cofre de Dios lo cruzó”. El monumento será para el pueblo de Israel un recuerdo permanente de este asombroso milagro».


(El cofre de Dios estaba en Betel en aquellos días; Finés, hijo de Eleazar y nieto de Aarón era el sacerdote). Los hombres de Israel preguntaron al Señor: ―¿Saldremos nuevamente y pelearemos contra nuestro hermano Benjamín o nos detendremos? Y el Señor les dijo: ―Vayan, porque mañana haré que derroten a los hombres de Benjamín.


Cuando los israelitas regresaron a su campamento, sus caudillos discutían la causa por la que el Señor había permitido que fueran derrotados. «Traigamos el cofre desde Siló —dijeron—. Si la llevamos con nosotros a la batalla, el Señor estará entre nosotros y seguramente nos salvará de nuestros enemigos».


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