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Mateo 9:33 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

33 Tan pronto como Jesús los echó fuera, el hombre pudo hablar. La gente, maravillada, exclamó: «¡Jamás habíamos visto algo semejante en Israel!».

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Biblia Reina Valera 1960

33 Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

33 Entonces Jesús expulsó al demonio y después el hombre comenzó a hablar. Las multitudes quedaron asombradas. «¡Jamás sucedió algo así en Israel!», exclamaron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 Jesús echó al demonio, y el mudo empezó a hablar. La gente quedó maravillada y todos decían: 'Jamás se ha visto cosa igual en Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 Y echado fuera el demonio, el mudo habló, y la multitud, asombrada, exclamó: ¡Nunca se vio cosa igual en Israel!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Una vez arrojado el demonio, habló el mudo. La gente quedó admirada y decía: 'Jamás en Israel se ha visto nada semejante'.

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Mateo 9:33
12 Tagairtí Cros  

Pero cuando el profeta Eliseo oyó lo que le ocurría al rey de Israel, le envió este mensaje: «¿Por qué estás tan confundido? Envíame a Naamán, y él sabrá que hay profeta de Dios en Israel».


Dios es conocido en Judá, grande es su nombre en Israel.


los cojos saltarán como el ciervo y los mudos gritarán y cantarán. Entonces brotarán fuentes en los páramos y arroyos en el desierto,


Has hecho cosas increíbles en el país de Egipto, hechos que se recuerdan hasta el presente. Y has continuado realizando grandes milagros en Israel y en todo el mundo. Le has dado gran fama a tu nombre, tal como la tiene hoy.


Al oír esto, Jesús se maravilló y les dijo a quienes lo seguían: ―¡En todo Israel no he hallado una fe tan grande como la de este hombre!


Cuando se fueron los ciegos, le llevaron a la casa a un hombre que había quedado mudo por culpa de demonios que se le habían metido.


El hombre se levantó de inmediato, tomó su camilla y se abrió paso entre la asombrada concurrencia que, entre alabanzas a Dios, exclamaba: ―Jamás habíamos visto nada parecido.


En cierta ocasión cuando Jesús estaba echando fuera de un hombre a un demonio que lo había dejado mudo, al salir el demonio el mudo empezó a hablar. La gente se quedó asombrada por esto;


Jesús, al oír aquel mensaje se asombró, y mirando a la gente que lo seguía dijo: ―Ni siquiera en Israel he encontrado una fe tan grande.


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