Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Mateo 27:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

5 Entonces arrojó en el templo las piezas de plata y corrió a ahorcarse.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

5 Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Entonces Judas tiró las monedas de plata en el templo, salió y se ahorcó.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Entonces él, arrojando las monedas en el Templo, se marchó y fue a ahorcarse.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y arrojando las piezas de plata en el santuario, se retiró y se marchó de allí, y se ahorcó.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Entonces él arrojó las monedas de plata contra el templo, se marchó y se ahorcó.

Féach an chaibidil Cóip




Mateo 27:5
12 Tagairtí Cros  

Mientras tanto, Ajitofel, desacreditado públicamente porque Absalón no había aceptado su consejo, aparejó un burro, se fue a su casa en la ciudad, puso en orden sus asuntos, y se ahorcó. De esta manera murió y fue sepultado junto a su padre.


Cuando Zimri vio que la ciudad había sido tomada, entró al palacio y lo incendió, y murió en medio de las llamas.


Su esposa le reprochó: ―¿Persistes en tu vida piadosa viendo todo lo que Dios te ha hecho? ¡Maldícelo y muérete!


Mejor que me estrangularan que seguir así.


Enviará a los malos al abismo de destrucción. Los homicidas y los mentirosos no vivirán la mitad de sus días. Pero yo confío en que tú me salvarás.


declararon: ―Este hombre dijo que era capaz de destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días.


Los principales sacerdotes recogieron el dinero. ―No podemos reintegrarlo al dinero de las ofrendas —se dijeron—, porque nuestras leyes prohíben aceptar dinero contaminado con sangre.


Mientras tanto, el pueblo estaba afuera esperando a Zacarías y a todos les extrañaba que se tardara tanto en salir del santuario.


le tocó en suerte a Zacarías (porque esa era la costumbre de los sacerdotes) entrar en el santuario del templo del Señor para quemar incienso.


«Mátame —le pidió a su escudero—. Que nunca se diga que una mujer mató a Abimélec». El joven lo atravesó con su espada, y murió.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí