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Lucas 2:25 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

25 En aquel tiempo había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso. Vivía con la esperanza de que Dios libertara a Israel. El Espíritu Santo estaba con él

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Biblia Reina Valera 1960

25 Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 En ese tiempo, había en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era justo y devoto, y esperaba con anhelo que llegara el Mesías y rescatara a Israel. El Espíritu Santo estaba sobre él

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Había entonces en Jerusalén un hombre muy piadoso y cumplidor a los ojos de Dios, llamado Simeón. Este hombre esperaba el día en que Dios atendiera a Israel, y el Espíritu Santo estaba con él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Y he aquí había en Jerusalem un hombre cuyo nombre era Simeón. Y este hombre justo y devoto esperaba la liberación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Vivía por entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era realmente recto y piadoso; esperaba el consuelo de Israel y el Espíritu Santo residía en él.

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Lucas 2:25
22 Tagairtí Cros  

Esta es la historia de Noé y de sus descendientes. Noé era un hombre justo y bueno, y todo el tiempo vivía conforme a la voluntad de Dios.


En la tierra de Uz vivía un hombre llamado Job, hombre bueno que temía a Dios y se abstenía de lo malo.


Entonces Dios preguntó al acusador: ―¿Te has fijado en mi siervo Job? No hay otro como él en toda la tierra: hombre perfecto y recto, que me teme y se abstiene de todo mal.


En aquel día proclamará el pueblo: «Este es nuestro Dios, en quien confiamos, a quien hemos esperado. Ahora por fin está aquí». ¡Qué día de regocijo!


¡Consuelen, sí, consuelen a mi pueblo!, dice el Dios de ustedes.


¡Pueblo de Dios! Ya el Señor les ha dicho qué es lo que él espera que ustedes hagan. Ya él les ha enseñado lo que es bueno y espera que ustedes hagan. Lo que el Señor les pide es que practiquen la justicia, que sean misericordiosos y que vivan siguiendo fielmente sus instrucciones.


Y el Señor descendió en la nube y habló con Moisés, y tomó del Espíritu que había en Moisés y lo puso en los setenta ancianos; y cuando el Espíritu estuvo en ellos, profetizaron una sola vez.


Pero Moisés le respondió: ―¿Tienes celos por mí? ¡Ojalá todo el pueblo de Dios fuera profeta, y el Señor pusiera su Espíritu sobre todos ellos!


José de Arimatea, miembro distinguido del Consejo Superior de los judíos, y quien también esperaba el reino de Dios, se llenó de valor y se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.


Cuando Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó dentro de ella. Entonces Elisabet, llena del Espíritu Santo,


Zacarías y Elisabet eran piadosos e intachables delante de Dios,


Entonces Zacarías, su padre, lleno del Espíritu Santo, dijo esta profecía:


Ana llegó también en aquel mismo momento, dio gracias a Dios y comenzó a hablar del niño a todos los que esperaban que Dios liberara a Jerusalén.


pero no había estado de acuerdo con la decisión y la conducta de los demás. Procedía del pueblo de Arimatea, en la región de Judea, y esperaba el reino de Dios.


Hombre piadoso, al igual que su familia, daba limosnas a manos llenas para el pueblo de Israel y oraba sin cesar.


Entonces le contaron cómo a Cornelio, oficial del ejército romano, hombre bueno y piadoso, de buena reputación entre los judíos, un ángel le había ordenado que mandara a buscar a Pedro para que le dijera lo que Dios quería de él.


En aquellos días había en Jerusalén una gran cantidad de judíos piadosos de muchas nacionalidades.


Por eso trato de que mi conciencia esté siempre limpia delante de Dios y de los hombres.


»El Señor tu Dios hará surgir en medio de todo el pueblo a un profeta como yo; a un hombre a quien deberán oír y obedecer.


porque los profetas no hablaron por su propia iniciativa. Ellos hablaron de parte de Dios, y fueron inspirados por el Espíritu Santo.


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