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Levítico 13:45 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

45 »La persona en la que se encuentre una infección deberá rasgar su ropa, andar despeinada, cubrirse el rostro hasta el labio superior y anunciar mientras camina: “¡Soy impuro! ¡Soy impuro!”.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

45 Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

45 »Los que sufran de una enfermedad grave de la piel deberán rasgar su ropa y dejar su cabello sin peinar. Tienen que cubrirse la boca y gritar: “¡Impuro! ¡Impuro!”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

45 El leproso que tiene llaga de lepra llevará los vestidos rasgados e irá despeinado; se cubrirá hasta el bigote y tendrá que gritar: '¡Impuro, impuro!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

45 Los vestidos del leproso que tenga la llaga estarán rasgados y su cabeza desgreñada. Se tapará hasta el bigote y pregonará: ¡Impuro! ¡Impuro!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

45 Los leprosos llevarán los vestidos desgarrados, irán despeinados, se cubrirán la barba e irán gritando: ¡impuro, impuro!

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Levítico 13:45
24 Tagairtí Cros  

Un poco más tarde llegó Rubén (que había estado fuera cuando pasaron los ismaelitas) y fue hasta la cisterna para sacar a José. Cuando vio que José no estaba allí, rasgó sus ropas lleno de angustia y de frustración.


Al salir de la casa de Amnón, se rasgó su túnica y se echó ceniza en la cabeza, y con sus manos en la cabeza salió gritando y llorando.


Había cuatro leprosos sentados fuera del muro de la ciudad. ―¿Qué hacemos aquí sentados? —se dijeron—.


Job se levantó y rasgó su manto y se rasuró la cabeza en señal de duelo y se postró en tierra en actitud de adoración.


y me detesto, y me arrepiento en polvo y cenizas».


Porque yo reconozco mi vergonzosa acción; día y noche me persigue.


Porque yo nací pecador; sí, lo soy desde el momento que mi madre me concibió.


¡Salgan, salgan pronto! ¡Dejen sus cadenas de esclavitud! ¡No toquen nada de la inmundicia de Babilonia! Ustedes, los que traen de regreso los utensilios del templo, ¡Purifíquense y no toquen nada impuro!


Entonces dije: «¡Esta es mi muerte! Porque soy un pecador de boca impura, miembro de una raza pecadora, de inmunda boca, y sin embargo he mirado al Rey, al Señor Todopoderoso».


Estamos completamente contaminados e inmundos de pecado. Todas nuestras buenas obras son como inmundos harapos. Como hojas de otoño nos decoloramos, nos marchitamos y caemos. Como viento, nos arrastran nuestros pecados.


Aceptemos nuestra vergüenza y deshonra, que desde nuestra niñez nosotros y nuestros antepasados hemos pecado contra el Señor nuestro Dios, y que no le hemos obedecido».


Y nadie protestó, sino Elnatán, Delaías y Guemarías. Suplicaron al rey que no quemara el rollo, pero no les hizo caso. Ninguno de los otros dignatarios del rey dio señales de temor o ira por lo que había hecho.


«¡Apártense!», la gente les grita. «¡Están inmundos, no nos toquen!». Entonces huyen a tierras lejanas y andan errantes entre extranjeros, pero nadie les permite quedarse.


Puedes suspirar, pero en forma silenciosa. Que no haya duelo ni llanto ante su tumba, no te descubras la cabeza ni los pies como es la costumbre en estos casos, ni tampoco aceptes la comida que te traigan los amigos para consolarte».


Y harán como he hecho yo; no pueden hacer duelo en público o consolarse comiendo la comida traída por aquellos que se compadecen de ustedes.


No finjan arrepentimiento rasgándose la ropa, sino vuélvanse al Señor su Dios con un corazón lleno de arrepentimiento sincero. Porque él es un Dios amoroso y bueno, que no se enoja fácilmente. Él los ama mucho y le duele castigarlos.


Entonces Moisés les dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: «No lloren ni anden despeinados, ni se rasguen sus vestidos, en señal de duelo. Si lo hacen, el Señor se enojará contra ustedes y les dará muerte también, y hará caer su ira sobre todo el pueblo de Israel. El resto del pueblo sí puede lamentar la muerte de Nadab y Abiú y puede hacer duelo por el terrible fuego que el Señor ha enviado.


se trata efectivamente de lepra, y el sacerdote así lo declarará.


»El sumo sacerdote ha recibido la unción especial y usa las vestiduras especiales, y por eso no debe descubrirse, ni rasgar sus vestiduras,


Esos profetas y adivinos quedarán en ridículo, serán el hazmerreír de todos; no tendrán nada que decir, pues Dios no les dará mensajes.


«Informa al pueblo de Israel que deben sacar a todos los leprosos del campamento y a todos los que padecen flujo, así como a los que se han contaminado tocando a un muerto.


Cuando entró en un pueblo, diez hombres que estaban enfermos de lepra le salieron al encuentro. Ellos se pararon un poco lejos de él,


Cuando Simón Pedro vio esto, cayó de rodillas ante Jesús y le dijo: ―¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!


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