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Jueces 9:24 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

24 En los hechos que ocurrieron como consecuencia, Abimélec y los ciudadanos que le ayudaron a dar muerte a los setenta hijos de Gedeón recibieron el justo castigo por estos crímenes.

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Biblia Reina Valera 1960

24 para que la violencia hecha a los setenta hijos de Jerobaal, y la sangre de ellos, recayera sobre Abimelec su hermano que los mató, y sobre los hombres de Siquem que fortalecieron las manos de él para matar a sus hermanos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Dios estaba castigando a Abimelec por haber asesinado a los setenta hijos de Gedeón, y a los ciudadanos de Siquem por apoyarlo en esa traición de asesinar a sus hermanos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Así fue como iba a ser vengado el crimen cometido con los setenta hijos de Jerubaal; su sangre recayó sobre Abimelec, su hermano, que los había asesinado y sobre la gente de Siquem que lo había ayudado a matar a sus hermanos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 devolviendo así la violencia hecha a los setenta hijos de Jerobaal, y haciendo recaer su sangre sobre Abimelec su hermano, que los había asesinado, y sobre los señores de Siquem, quienes habían fortalecido las manos de aquél para que asesinara a sus hermanos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Se devolvía así la violencia hecha a los setenta hijos de Yerubaal y se hacía recaer la sangre de éstos sobre Abimélec, su hermano, que los había asesinado, y sobre los principales de Siquén, que le habían ayudado a matar a sus hermanos.

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Jueces 9:24
12 Tagairtí Cros  

Entonces el Señor lo tendrá a él por responsable personal del asesinato de dos hombres que eran mejores que él. Porque mi padre no tuvo parte en la muerte del general Abner, jefe del ejército de Israel, ni en la del general Amasá, jefe del ejército de Judá.


Que Joab y sus descendientes por siempre lleven la culpa de estos crímenes, y quiera el Señor declarar inocentes de estas muertes a David y a sus descendientes.


Que la violencia que pensó para el prójimo, se vuelva contra él.


¡Cuán grande es mi gratitud para con el Señor, por su justicia! Entonaré alabanzas al nombre del Señor que está por sobretodos los señores.


Mediante el cumplimiento de estas normas la tierra no se contaminará, porque el asesinato contamina la tierra, y no se puede hacer reparación por la muerte de una persona sino por la ejecución del asesino.


“Maldito sea el que acepta soborno para matar a un inocente”. Y todo el pueblo responderá: “Amén”.


«Setenta reyes sin pulgares en las manos y los pies recogían migajas debajo de mi mesa» —dijo Adoní Bézec—. Ahora el Señor me ha pagado con lo mismo. Después lo llevaron a Jerusalén y allí murió.


Los hombres de Siquén pusieron emboscada contra Abimélec en el camino que va hacia la cumbre de la montaña mientras esperaban que él llegara, asaltaban a cualquiera que pasara por allí. Pero alguien advirtió a Abimélec acerca de este complot.


Pero Samuel le dijo: ―Puesto que tu espada dejó a muchas madres sin hijos, ahora tu madre quedará sin su hijo. Y Samuel lo descuartizó delante del Señor en Gilgal.


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