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Jueces 18:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

8 Los espías regresaron a Zora y Estaol. ―¿Qué hay? —preguntaron—. ¿Qué noticias nos traen?

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Biblia Reina Valera 1960

8 Volviendo, pues, ellos a sus hermanos en Zora y Estaol, sus hermanos les dijeron: ¿Qué hay? Y ellos respondieron:

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Cuando los hombres regresaron a Zora y a Estaol, sus parientes les preguntaron: —¿Qué encontraron?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Cuando regresaron donde sus hermanos en Sorea y Estaol, estos les preguntaron: '¡A ver, dígannos! ¿Qué noticias traen?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Regresaron pues a sus hermanos en Zora y Estaol, y sus hermanos les preguntaron: ¿Qué traéis?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Regresaron luego adonde sus hermanos de Sorá y Estaol y sus hermanos les preguntaron: '¿Qué noticias traéis?'.

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Jueces 18:8
7 Tagairtí Cros  

Las siguientes ciudades situadas en los valles también fueron asignadas a Judá: Estaol, Zora, Asena, Zanoa, Enganín, Tapúaj, Enam, Jarmut, Adulán, Soco, Azeca, Sajarayin, Aditayin, Guederá y Guederotayin. En total eran catorce ciudades con sus correspondientes pueblos.


Un día el ángel del Señor se le apareció a la esposa de Manoa, de la tribu de Dan, que vivía en la ciudad de Zora. Ella no tenía hijos, pero el ángel le dijo: ―Aun cuando has sido estéril por tanto tiempo, pronto concebirás y darás a luz un hijo.


Más tarde sus hermanos y otros parientes fueron a buscar el cuerpo, y lo llevaron nuevamente a su tierra y lo sepultaron entre Zora y Estaol, donde Manoa había sido sepultado. Sansón había gobernado a Israel durante veinte años.


Seiscientos soldados de la tribu de Dan salieron de Zora y Estaol.


Entonces los hombres de Dan escogieron a cinco hombres valientes de las ciudades de Zora y Estaol para que exploraran la tierra donde habían de establecerse. Cuando llegaron a la región montañosa de Efraín, se quedaron en casa de Micaías.


Los cinco hombres salieron y fueron a Lais, y notaron que allí todo el mundo se sentía seguro y confiado. Vivían a la manera de los sidonios y eran muy ricos. Vivían reposadamente y estaban totalmente desprevenidos para un ataque, porque no había tribus suficientemente fuertes en la región como para que intentaran atacarlos. Vivían a gran distancia de sus parientes en Sidón y tenían poco o ningún contacto con los pueblos cercanos.


Y los hombres respondieron: ―Ataquemos sin pérdida de tiempo. La tierra es amplia y fértil. Es un verdadero paraíso. El pueblo no está preparado para defenderse. ¡Vamos y tomémosla, porque el Señor nos la ha dado!


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