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Jueces 18:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

7 Los cinco hombres salieron y fueron a Lais, y notaron que allí todo el mundo se sentía seguro y confiado. Vivían a la manera de los sidonios y eran muy ricos. Vivían reposadamente y estaban totalmente desprevenidos para un ataque, porque no había tribus suficientemente fuertes en la región como para que intentaran atacarlos. Vivían a gran distancia de sus parientes en Sidón y tenían poco o ningún contacto con los pueblos cercanos.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Entonces aquellos cinco hombres salieron, y vinieron a Lais; y vieron que el pueblo que habitaba en ella estaba seguro, ocioso y confiado, conforme a la costumbre de los de Sidón, sin que nadie en aquella región les perturbase en cosa alguna, ni había quien poseyese el reino. Y estaban lejos de los sidonios, y no tenían negocios con nadie.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Así que los cinco hombres siguieron hasta la ciudad de Lais, donde vieron que los habitantes llevaban una vida despreocupada, igual que los sidonios; eran pacíficos y vivían seguros. También eran ricos, porque su tierra era muy fértil. Además vivían a gran distancia de Sidón y no tenían ningún aliado cerca.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Partieron después los cinco hombres y llegaron a Lais. Vieron que sus habitantes vivían sin temor, según la costumbre de los sidonios, que la ciudad era tranquila y confiada, sin rey que la gobernara, que estaban lejos de los sidonios y que no tenían vinculación con nadie.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Partieron pues los cinco hombres y llegaron a Lais, y vieron que la población que había en ella vivía con seguridad, a la manera de los sidonios, tranquilos y confiados, porque no había en aquella tierra nadie que los perturbara en cosa alguna, ni quien se enseñoreara de ellos, y estaban lejos de los sidonios y no tenían trato con nadie.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Los cinco hombres partieron y llegaron a Lais. Vieron que aquella gente vivía confiada, a la manera de los sidonios, tranquila y segura, sin que faltara nada en el país, rico en recursos, alejado de los sidonios y sin relación alguna con nadie.

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Jueces 18:7
13 Tagairtí Cros  

Su padre, el rey David, jamás lo había reprendido ni le había dado castigo alguno. Era un hombre muy apuesto, y menor que su hermano Absalón.


Y como si esto no fuera suficiente, se casó con Jezabel, la hija del rey Et Baal de los sidonios, y comenzó a adorar a Baal.


Allí en Guedor encontraron buenos pastizales, y vivieron muy tranquilos y a sus anchas. Allí habían vivido antes los descendientes de Cam. Todos estos príncipes llegaron a la región durante el gobierno del rey Ezequías, de Judá; invadieron la tierra, derribaron las carpas y las casas de los descendientes de Cam, mataron a los habitantes de esta tierra, tomaron posesión de ella y la ocuparon.


«¡Ve!», le dijo el Señor al rey Nabucodonosor, «ataca a esas ricas tribus beduinas que viven sin vecinos en el desierto, libres de toda preocupación, jactándose de bastarse a sí mismas, de que no necesitan ningún tipo especial de protección.


Las autoridades no están para darle miedo a la gente que hace el bien, sino a los maleantes. Así que si no deseas temerlas, pórtate bien y las autoridades hablarán bien de ti.


Pero como parte de este territorio no estaba conquistado todavía, los guerreros de Dan tomaron la ciudad de Lesén, mataron a todos sus habitantes y vivieron allí, y llamaron a la ciudad Dan en honor a su antepasado.


o a los gobernadores que él ha puesto para castigar a los que hacen lo malo y para honrar a los que hacen lo bueno.


Ella ha vivido en derroches y en placeres sin límites; dale ahora dolores y penas sin límites. Ella se jacta diciendo: “En este trono soy reina. No soy ninguna viuda; nunca sufriré”.


La ciudad fue llamada Dan, en honor a su antepasado, el hijo de Israel, pero anteriormente se llamaba Lais.


―Sí —contestó el sacerdote—. Todo saldrá bien. El Señor los cuidará.


Los espías regresaron a Zora y Estaol. ―¿Qué hay? —preguntaron—. ¿Qué noticias nos traen?


Le he advertido continuamente a él y a toda su familia que recibirán un castigo porque sus hijos blasfeman contra mí, y él no se les opone.


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