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Jueces 11:24 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

24 Conserva para ti todo lo que tu dios Quemós te dé, y nosotros retendremos todo lo que el Señor nuestro Dios nos dé.

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Biblia Reina Valera 1960

24 Lo que te hiciere poseer Quemos tu dios, ¿no lo poseerías tú? Así, todo lo que desposeyó Jehová nuestro Dios delante de nosotros, nosotros lo poseeremos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Tú quédate con todo lo que te dé tu dios Quemos, y nosotros nos quedaremos con todo lo que nos dé el Señor nuestro Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Si consideras tuyo lo que Quemós, tu dios, te dio, ¿por qué quieres arrebatarnos lo que Yavé nuestro Dios nos ha dado?

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 ¿Acaso no desposees a quien Quemos, tu dios, ha expulsado a favor tuyo? Así nosotros desposeeremos a todo aquel que YHVH nuestro Dios haya expulsado de delante de nosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 ¿Es que tú no ocupas ya todo lo que Camós, tu dios, te dio en posesión? Por la misma razón, todo lo que Yahveh, nuestro Dios, nos ha dado en posesión ante nosotros, ¿no lo vamos a poseer?

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Jueces 11:24
16 Tagairtí Cros  

Llegó a edificar un santuario en el monte que está frente a Jerusalén, para Quemós, el depravado dios de Moab, y otro para Moloc, el ídolo abominable de los amonitas.


Nuestros antepasados nos han contado cómo echaste a las naciones paganas de esta tierra, y nos la diste toda, extendiendo a Israel de un extremo al otro del país.


Echó a las naciones que ocupaban la tierra, y a cada tribu de Israel le dio una porción de tierra como herencia.


Entonces por fin Moab será avergonzado debido a su ídolo Quemós, tal y como lo fue Israel por su idolátrico becerro en Betel.


¡Ay de ti, Moab! El pueblo del dios Quemós ha sido destruido, y a sus hijos e hijas se los llevan como esclavos.


Porque confiaron en su riqueza y sus habilidades, por lo tanto morirán. Su dios Quemós, junto con sus sacerdotes y príncipes, será llevado a tierras lejanas.


¡Aunque las otras naciones sigan a sus propios dioses, nosotros siempre seguiremos y obedeceremos sólo al Señor nuestro Dios!


¡Ay de ti, Moab! Pueblo de Quemós, ¡estás acabado! Los hijos de Moab han huido, y sus hijas han sido capturadas por Sijón, rey de los amorreos.


Cualquiera que haga estas cosas será abominable delante del Señor, pues es por esta causa que el Señor echa de esta tierra a los pueblos que la habitan.


De este modo el Señor le dio a Israel toda la tierra que le había prometido a sus antepasados, y ellos entraron y la conquistaron, y vivieron allí.


Hoy sabrán en forma cierta que el Dios vivo está entre nosotros y que él expulsará a los cananeos, a los hititas, a los heveos, a los ferezeos, a los gergeseos, a los jebuseos y a los amorreos, pueblos que ahora viven en la tierra que ustedes van a ocupar.


El pueblo de Israel se apartó del Señor nuevamente y adoró los dioses paganos Baal y Astarté, y los dioses de Siria, Sidón, Moab, Amón y Filistea. No sólo esto, sino que también habían dejado completamente la adoración del Señor.


Así es que, como puedes ver, fue el Señor Dios de Israel el que quitó la tierra a los amorreos y la entregó a Israel. ¿Por qué creen que deben poseerla ustedes?


Un día el ángel del Señor llegó a Boquín, desde Guilgal y anunció al pueblo de Israel: «Los saqué de Egipto, los hice entrar en esta tierra que prometí a sus antepasados, y dije que jamás quebrantaría mi pacto con ustedes


―Mira —le dijo Noemí—, tu concuña ha regresado a su pueblo y a sus dioses. Tú deberías hacer lo mismo.


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