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Josué 10:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

13 Y el sol y la luna no se movieron hasta que los israelitas acabaron de destruir a sus enemigos. Esto está escrito con gran detalle en el libro de Jaser. El sol se detuvo en los cielos y permaneció quieto casi veinticuatro horas.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Entonces el sol se detuvo y la luna se quedó en su sitio hasta que la nación de Israel terminó de derrotar a sus enemigos. ¿Acaso no está registrado ese suceso en El libro de Jaser? El sol se detuvo en medio del cielo y no se ocultó como en un día normal.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Y el sol se detuvo y la luna se quedó inmóvil hasta que el pueblo se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está eso escrito en el Libro del Justo? El sol se detuvo en medio del cielo y se demoró en ponerse durante casi todo un día.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el Sefer Ha-Yashar?° Y el sol se paró en medio de los cielos, y no se apresuró a ponerse casi un día entero.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Y se detuvo el Sol, y se paró la Luna, hasta que el pueblo se hubo vengado de sus enemigos. ¿Acaso no está escrito esto en el Libro del Justo? Y paróse el Sol en medio del cielo, sin darse prisa en ponerse casi un día entero.

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Josué 10:13
29 Tagairtí Cros  

―Que la sombra avance diez gradas es muy fácil —respondió Ezequías—. ¡Haz que retroceda!


Además establecía, que este edicto, que debía ser reconocido en todo lugar como decreto, debía ser proclamado en alta voz delante del pueblo, para que los judíos pudieran prepararse y vencer a sus enemigos.


El sol deja de salir y las estrellas de brillar si él lo ordena.


Alábenlo, sol y luna, y todas ustedes, estrellas luminosas.


su mensaje se extiende por todo el mundo, hasta los confines de la tierra. El sol, a quien Dios le puso su hogar en el cielo,


Entonces el Señor Todopoderoso subirá a su trono en Sion y gobernará gloriosamente en Jerusalén, a la vista de todos los dignatarios de su pueblo. Tan grande será el resplandor de esa gloria que hará desvanecer la brillantez del sol y de la luna.


Haré que el sol retroceda diez grados en el cuadrante de Acaz. ¡Y el sol retrocedió diez grados que había recorrido en el reloj!».


¡La tierra tiembla delante de ellos, y el cielo se estremece! ¡El sol y la luna se oscurecen, y se esconden las estrellas!


El sol se oscurecerá y la luna se pondrá roja como la sangre. ¡Eso acontecerá antes de que venga el grande y terrible día del Señor!


Será tan grande el trastorno que incluso el sol y la luna se oscurecerán y las estrellas dejarán de alumbrar.


Hasta el sol y la luna se detuvieron en lo alto y palidecieron ante la brillantez de tus flechas y el resplandor de tu lanza.


Este hecho se menciona en el libro de los guerras del Señor, donde se dice que el valle del río Arnón y la ciudad de Waheb


«Toma venganza de los madianitas por haber inducido a Israel a la idolatría. Luego morirás».


»Una vez que la persecución de aquellos días haya cesado, “el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz, y las estrellas del cielo y los poderes que están sobre la tierra se conmoverán”.


De esta forma estarán actuando como hijos de su Padre que está en el cielo, porque él da la luz del sol a los malos y a los buenos y envía la lluvia a los justos y a los injustos.


¿No creen ustedes que Dios hará justicia a los que él ha escogido y que claman a él día y noche? ¿Se tardará él en responderles?


el sol se pondrá negro y la luna como sangre antes que llegue el día del Señor, grande y terrible.


Además, mientras el enemigo huía hacia Bet Jorón, el Señor les lanzó una lluvia de granizo que los siguió hasta Azeca. Murieron más hombres a causa del granizo que por las espadas de los israelitas.


Nunca había ocurrido antes ni jamás ha vuelto a ocurrir, que el Señor haya detenido el sol y la luna en respuesta a la voz de un hombre. El Señor estaba peleando por Israel.


La ciudad no necesita que el sol ni la luna la alumbren, porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera.


Aquellas personas clamaban a gran voz: «Soberano Señor, santo y verdadero, ¿cuándo vas a juzgar a los habitantes de la tierra y cuándo vas a vengar nuestra muerte?».


Cuando el Cordero abrió el sexto sello, se produjo un gran terremoto; el sol se puso negro como si se hubiera puesto ropa de luto, y la luna adquirió un color rojo como la sangre.


Cuando el cuarto ángel tocó la trompeta, una tercera parte del sol, la luna y las estrellas dejó de alumbrar. La luz del día disminuyó su intensidad en una tercera parte, y también una tercera parte de la noche quedó sin luz.


Sansón oró al Señor y le dijo: «Oh Señor Dios, acuérdate de mí nuevamente, dame fuerzas sólo una vez más, para vengarme de los filisteos por la pérdida de mis ojos».


«Por cuanto condujo valientemente a los caudillos de Israel, y el pueblo alegremente lo siguió, alaben al Señor.


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