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Jeremías 38:23 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

23 Todas tus esposas e hijos serán entregados a los babilonios, y tú no escaparás. El rey de Babilonia te capturará y esta ciudad será incendiada.

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Biblia Reina Valera 1960

23 Sacarán, pues, todas tus mujeres y tus hijos a los caldeos, y tú no escaparás de sus manos, sino que por mano del rey de Babilonia serás apresado, y a esta ciudad quemará a fuego.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Todas tus esposas e hijos serán entregados a los babilonios y tú no escaparás. El rey de Babilonia te apresará, y esta ciudad será incendiada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Llevarán a todas tus mujeres y tus hijos a los caldeos, y tú no escaparás de ellos, sino que caerás en manos del rey de Babilonia, el cual incendiará esta ciudad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Sacarán pues a todas tus mujeres y a tus hijos a los caldeos, y tú no escaparás de sus manos, sino que serás apresado por mano del rey de Babilonia, y harás que esta ciudad sea quemada a fuego.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Todas tus mujeres y tus hijos serán llevados a los caldeos. Tú no escaparás de su mano, sino que serás apresado por la mano del rey de Babilonia; y a esta ciudad se le prenderá fuego'.

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Jeremías 38:23
18 Tagairtí Cros  

Lo obligaron a presenciar cómo mataban a sus hijos, y luego le sacaron los ojos y se lo llevaron atado con cadenas a Babilonia.


Porque le he dado la espalda a esta ciudad. Enemigo y no amigo suyo seré, dice el Señor. Será tomada por el rey de Babilonia, quien la mandará incendiar hasta dejarla convertida en cenizas.


y que el rey Sedequías sería capturado y llevado prisionero ante el rey de Babilonia para ser enjuiciado y sentenciado.


Tú no escaparás; serás capturado y llevado ante el rey de Babilonia el cual te sentenciará y serás desterrado a Babilonia.


Esos babilonios tomarán esta ciudad, la incendiarán y la dejarán convertida en cenizas.


Si rehúsan rendirse, esta ciudad será incendiada por el ejército babilónico y ustedes no escaparán.


Entonces Sedequías dijo a Jeremías: «¡Bajo pena de muerte, no le cuentes a nadie lo que me has dicho esto!


Pero los babilonios persiguieron al rey, lo capturaron en los llanos de Jericó y se lo llevaron a Nabucodonosor, rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en tierra de Jamat, en donde lo sentenció.


El rey de Babilonia obligó a Sedequías a presenciar cómo mataban a sus hijos y a todos los nobles de Judá.


Ismael aprisionó a las hijas del rey y al pueblo que Nabuzaradán, capitán de la guardia, había dejado al cuidado de Guedalías en Mizpa. Poco después los llevó consigo cuando se dirigió hacia el territorio de los amonitas.


Sus enemigos se adueñarán de sus casas, campos y mujeres. Pues voy a castigar al pueblo de este país, ha dicho el Señor.


»Y si alguno de los falsos profetas de cualquier modo les da un mensaje, sepan que es una mentira. Su profecía no se cumplirá, y yo me pondré contra ese “profeta” y lo eliminaré de entre mi pueblo Israel.


Sin embargo, Sedequías se rebeló contra Babilonia, enviando embajadores a Egipto para solicitar un gran ejército y muchos caballos para luchar contra Nabucodonosor. Pero, ¿prosperará Israel después de quebrantar así el pacto de lealtad que firmó? ¿Tendrá éxito?


Era tal como la había visto en las otras visiones, primero al lado del río Quebar, y luego más tarde en Jerusalén cuando vino para destruir la ciudad. Caí, rostro en tierra.


«¡No permitan que las familias de los hijos de Coat se destruyan!


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