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Jeremías 34:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

10 Los príncipes y todo el pueblo habían obedecido el mandado del rey y liberado sus esclavos, pero eso fue sólo temporal.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Y cuando oyeron todos los príncipes, y todo el pueblo que había convenido en el pacto de dejar libre cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, que ninguno los usase más como siervos, obedecieron, y los dejaron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Las autoridades y todo el pueblo habían obedecido el mandato del rey,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Todas las autoridades y el pueblo habían entendido el compromiso que tomaban y despidieron a sus esclavos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Cuando los príncipes y los del pueblo oyeron que en el pacto se había convenido dejar libre cada uno a su siervo y a su sierva, y que ninguno los usara más como siervos, obedecieron y los dejaron ir.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Todos los príncipes y todo el pueblo que habían tomado parte en el acuerdo accedieron a dejar en libertad cada uno a su esclavo o a su esclava, para no volver a tenerlos por esclavos; accedieron, pues, y los dejaron en libertad.

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Jeremías 34:10
12 Tagairtí Cros  

»Si alguien adquiere un esclavo hebreo, sólo lo obligará a trabajar para él por seis años. Al séptimo año le dará la libertad, sin que pague nada.


Y entonces el Señor dice: Puesto que este pueblo dice que me pertenece pero no me obedece, y puesto que su adoración se limita a palabras y repeticiones de fórmulas de memoria,


Cuando los altos dignatarios de Judá oyeron lo que ocurría, acudieron aprisa desde el palacio y se sentaron a la entrada principal del templo para entablar un juicio.


Los dignatarios y el pueblo dijeron al sacerdote y a los falsos profetas: ―Este hombre no es digno de muerte, pues nos ha hablado en nombre del Señor nuestro Dios.


Cambiaron de sentir y volvieron a esclavizar a sus siervos.


bajó al palacio, al salón de conferencias en donde estaban reunidos los encargados de la administración. Elisama (el escriba) estaba allí, así como Delaías, hijo de Semaías, Elnatán, hijo de Acbor, Guemarías, hijo de Safán, Sedequías, hijo de Ananías, y todos los demás que tenían cargos administrativos semejantes.


fueron al rey y le dijeron: ―Señor, hay que matar a este hombre. Ese modo de hablar minará la moral de los pocos soldados que nos quedan, y del resto del pueblo. Este hombre es un traidor.


Porque el año cincuenta será un año santo, y se proclamará libertad en la tierra a todos los deudores esclavizados, perdonarán todas las deudas públicas y privadas. Será un año en que las propiedades de la familia vendidas a otros serán devueltas a sus propietarios originales o a sus herederos.


Y ya que Herodes respetaba a Juan porque lo consideraba un hombre justo y santo, lo había arrestado para ponerlo a salvo. Aunque cada vez que hablaba con Juan salía turbado, le gustaba escucharlo.


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