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Jeremías 32:34 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

34 Hasta llegaron a profanar mi templo rindiendo homenaje allí a ídolos abominables.

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Biblia Reina Valera 1960

34 Antes pusieron sus abominaciones en la casa en la cual es invocado mi nombre, contaminándola.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Levantaron sus ídolos abominables justo en mi propio templo, y así lo profanaron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Han instalado sus ídolos hasta en la Casa sobre la cual descansa mi Nombre, para ensuciarla.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Antes emplazaron sus abominaciones en la Casa en la cual es invocado mi Nombre, y la profanaron.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Pusieron sus abominaciones en el templo sobre el cual se invoca mi nombre, profanándolo,

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Jeremías 32:34
15 Tagairtí Cros  

Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar en Judá, y reinó cincuenta y cinco años en Jerusalén. Su madre era Hepsiba.


Hizo quitar el abominable ídolo de Aserá del templo del Señor, y lo llevó a las afueras de Jerusalén, al arroyo de Cedrón. Allí lo quemó y lo redujo a polvo, y arrojó el polvo sobre la fosa común.


Quitó los dioses ajenos de las colinas, sacó el ídolo del templo y derribó los altares que haba edificado en la montaña donde estaba el templo, y los altares que había en Jerusalén, y los arrojó fuera de la ciudad.


Todos los personajes importantes de la nación, incluyendo al sumo sacerdote, adoraron los ídolos de las naciones vecinas e hicieron cosas horribles al templo del Señor, que él había escogido como su lugar de adoración.


Porque Israel me ha abandonado y ha convertido este valle en sitio de vergüenza e iniquidad. El pueblo le ofrece perfumes agradables a los ídolos en señal de homenaje, ídolos que ni esta generación ni sus antepasados ni los reyes de Judá habían honrado antes, y han empapado en sangre de niños inocentes este lugar.


Tanto profetas como sacerdotes son hombres malvados y mentirosos, ¡y hasta cuando están en el templo!, dice el Señor.


Todos tus amantes te han abandonado y ya no te tienen ningún cariño; porque cruelmente los he herido, como si fuese enemigo suyo; sin misericordia, como si fuese un implacable adversario; porque sus pecados son muy numerosos, y su culpa muy grande.


Recientemente comenzaron a proceder correctamente, como se lo había ordenado, y liberaron a sus esclavos. Solemnemente me habían prometido en mi templo que lo harían.


Una y otra vez envié a mis siervos los profetas a protestar y a suplicarles que no cometieran este horrible acto que yo detesto,


y luego venir acá, ponerse ante mí en mi templo y canturrear «¡Salvos somos!», para volver inmediatamente a sus maldades?


Porque el pueblo de Judá ha actuado de muy mala manera, dice el Señor. Han colocado sus feos ídolos en mi propio templo, deshonrándolo.


Y han edificado el altar llamado Tofet en el valle de Ben Hinón y allí han hecho morir quemados a sus hijitos e hijitas como sacrificio a sus dioses; ¡algo tan espantoso ni siquiera me hubiera pasado jamás por el pensamiento, y mucho menos lo habría yo ordenado!


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