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Jeremías 23:24 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

24 ¿Podrá alguien ocultarse de mí? ¿No estoy yo acaso en todas partes, en el cielo y en la tierra?

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Biblia Reina Valera 1960

24 ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 ¿Puede alguien esconderse de mí en algún lugar secreto? ¿Acaso no estoy en todas partes en los cielos y en la tierra?», dice el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 ¿O puede un hombre ocultarse en un escondite sin que yo lo vea?, dice Yavé. El cielo y la tierra, ¿no los lleno yo?, dice Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Porque uno se esconda en su escondrijo, ¿No lo veré Yo?, dice YHVH. ¿No lleno Yo los cielos y la tierra?, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Se esconde uno en escondites, ¿y yo no lo veré? -oráculo de Yahveh-. El cielo y la tierra, ¿no los lleno yo? -oráculo de Yahveh-.

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Jeremías 23:24
28 Tagairtí Cros  

Agar llamó al Señor, que hablaba con ella, «el Dios que me ve», pues se decía para sus adentros: «He visto al Dios que me ve».


»Pero, ¿es posible que Dios pueda vivir en la tierra? Si los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener, mucho menos este templo que yo he edificado.


Sin embargo, ¿quién podrá alguna vez edificarle un templo tan grande, si ni los más altos cielos poseen suficiente grandeza para contenerlo? Y, ¿quién soy yo para que se me permita edificar un templo para Dios? Pero va a ser un lugar para adorarlo.


»Pero, ¿vivirá realmente Dios en la tierra con los hombres? Si aun el cielo, y el cielo de los cielos no pueden contener tu grandeza, ¡cuánto menos este templo que yo he construido!


»Porque Dios observa atentamente lo que hace la humanidad; a todos los ve.


No hay oscuridad tan densa que oculte al malo de sus ojos,


«Dios no ve, no se dará cuenta», dicen para sí los malvados.


¡Jamás podré alejarme de tu Espíritu! ¡Jamás podré huir de su presencia!


Si me voy al cielo, allí estás tú. Si desciendo al lugar de los muertos, allí estás.


Alaben todos el nombre del Señor, porque sólo su nombre es muy grande; su gloria está por encima de la tierra y de los cielos.


Frente a ti extiendes nuestros pecados, nuestros pecados secretos, y los ves todos.


Los ojos del Señor miran por todas partes, y vigilan a los buenos y a los malos.


¡Ay de quienes procuran ocultar del Señor sus planes, que procuran esconderle lo que hacen! «Dios no puede vernos», se dicen, «no sabe lo que está ocurriendo».


El que es alto y excelso y habita la eternidad, aquel cuyo nombre es santo, dice así: Yo moro en aquel elevado y santo sitio, pero también estoy donde habitan los pobres y los afligidos, y a ellos les doy ánimo y aliento.


El cielo es mi trono y la tierra es apoyo para mis pies. ¿Qué templo semejante a este pueden construirme ustedes?


Porque para nada los pierdo de vista y estoy atento a todas las maldades que cometen. Es inútil que intenten ocultarse de mí.


Tienes gran sabiduría y realizas poderosos milagros, porque tu atención está puesta en todo lo que hace la gente y recompensas a cada cual según su vida y sus hechos.


Luego el Señor me dijo: «Hombre mortal, ¿te das cuenta de lo que los sabios consejeros de Israel están haciendo en lo oculto? Ellos dicen: “¡El Señor no nos ve, se ha alejado!”».


Entonces el Señor me dijo: «Las maldades del pueblo de Israel y Judá son muy graves y toda la tierra está por su culpa llena de muerte e injusticia, pues ellos dicen: “¡El Señor no nos ve! ¡Se ha alejado de este país!”.


Él revela misterios profundos y sabe lo que se oculta en las sombras, aunque él mismo está rodeado de luz.


Todos los habitantes de la tierra son como nada cuando se comparan con él. Hace lo que le parece mejor tanto en el cielo como entre los habitantes de la tierra. Nadie puede oponerse a su poder.


Y la iglesia, que es su cuerpo, está llena de él, que llena también todo lo que existe.


Nada de lo que él ha creado puede esconderse de aquel a quien tendremos que rendir cuentas de nuestros hechos.


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