Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Jeremías 13:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

14 A hijos y a padres estrellaré unos contra otros, dice el Señor. No dejaré que la lástima ni la misericordia los salve de la ruina total.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

14 y los quebrantaré el uno contra el otro, los padres con los hijos igualmente, dice Jehová; no perdonaré, ni tendré piedad ni misericordia, para no destruirlos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Los estrellaré el uno contra el otro, aun los padres contra los hijos, dice el Señor. No permitiré que mi lástima ni mi misericordia ni mi compasión me impidan destruirlos’”».

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Así dice Yavé: 'No tendré piedad ni misericordia, y sin perdón los destruiré.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

14 Y haré que choquen unos contra otros, padres e hijos juntamente, dice YHVH. No perdonaré ni tendré piedad, ni me compadeceré para no destruirlos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 y voy a estrellarlos unos contra otros, a los padres junto con los hijos -oráculo de Yahveh-. No me apiadaré ni me afligiré ni me compadeceré de aniquilarlos'.

Féach an chaibidil Cóip




Jeremías 13:14
30 Tagairtí Cros  

Primero los amonitas y los moabitas se volvieron contra sus aliados del monte de Seír, y los mataron a todos. Y cuando acabaron con ellos, se volvieron unos contra otros.


Porque Dios lo acosará sin misericordia. Él ansía escapar de Dios.


¡Gobiérnalas con vara de hierro; rómpelas como vasijas de barro!”».


Mi pueblo es como secas ramas de árbol, quebradas y puestas como leña debajo de las ollas. Son una nación necia, un pueblo fatuo e insensato, puesto que se aparta de Dios. Por lo tanto, no se apiadará de sus habitantes el que los hizo, ni les mostrará misericordia.


¿Quién tendrá lástima de ti, Jerusalén? ¿Quién llorará por ti? ¿Quién preguntará siquiera cómo estás?


Me abandonaste y me volviste la espalda, dice el Señor. Por lo tanto, yo utilizaré mi fuerza para destruirte. Ya estoy harto de darte oportunidad tras oportunidad de que te arrepientas.


No te enlutes ni llores por ellos, pues yo les he retirado mi protección y mi paz; les he retirado mi benignidad y misericordia, dice el Señor.


Y finalmente entregaré al propio rey Sedequías y a todo el resto que haya quedado en la ciudad en poder del rey Nabucodonosor de Babilonia, para que los mate sin piedad ni misericordia.


Al beber de ella se tambalearán como borrachas, enloquecidas por los golpes mortales que haré caer sobre ellas.


¡Pero no es una inundación de aguas sino de soldados enemigos! Escuchen el tamborileo de las herraduras de los caballos y el estruendo de las ruedas al paso de los carros de guerra. ¡Huyen los padres sin volver siquiera la mirada a sus indefensos hijos,


¡Pronto llegará el día, ha dicho el Señor, cuando él enviará atormentadores que lo trasvasen de cántaro en cántaro, y luego quebrará los cántaros!


Volveré muy difícil el camino de mi pueblo; padres e hijos se verán burlados, juntos caerán amigos y vecinos, dice el Señor.


¡Niños y ancianos, muchachos y muchachas, tendidos en las calles, muertos por las heridas de espada del enemigo! ¡Tú los has matado sin piedad, dejándote llevar por tu cólera!


¡Yo, el Señor, lo he dicho, sucederá así, yo lo haré!”».


No queda esperanza, pues yo soltaré mi gran cólera sobre ti a causa de tu devoción por los ídolos. ¡Me tendrás que rendir cuentas por tus infidelidades!


Me voltearé para no verte y no te mostraré piedad, te daré tu merecido; te pagaré en pleno, y sabrás que yo soy el Señor.


¡Por todo ello no me apiadaré, ni perdonaré, y aunque clamen por misericordia no les tendré lástima!».


Y por eso no los perdonaré, ni tendré piedad de ellos, y les pagaré en pleno por todo lo que han hecho».


Luego oí al Señor decir a los otros hombres: «Síganlo a través de la ciudad y maten a todos aquellos cuya frente no está marcada. No les perdonen ni se apiaden de ellos,


Y no tendré consideración especial para sus hijos, pues ya no son mis hijos, sino los hijos de sus amantes.


Por ello tampoco yo tendré compasión de la gente de este país, dice el Señor. Dejaré que sus propios jefes impíos se apoderen de ellos. Dejaré que los exploten y opriman, y no haré nada por defenderlos».


»El hermano entregará a muerte a su hermano, los padres traicionarán a sus hijos y los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán.


»El hermano entregará a la muerte a su hermano, y el padre al hijo. Los hijos se rebelarán contra sus padres y los matarán.


El Señor no lo perdonará. Su ira se encenderá contra aquella persona. Todas las maldiciones escritas en este libro caerán sobre ella y el Señor borrará su nombre de debajo del cielo.


Los centinelas de Saúl en Guibeá vieron como la muchedumbre filistea comenzó a esparcirse de forma confusa en todas direcciones.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí