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Hebreos 3:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

8 no endurezcan el corazón como sucedió en la rebelión, en aquel día de prueba en el desierto.

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Biblia Reina Valera 1960

8 No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 no endurezcan el corazón como lo hicieron los israelitas cuando se rebelaron, aquel día que me pusieron a prueba en el desierto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 no endurezcan su corazón, como ocurrió en el día amargo, el día de la tentación en el desierto,

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 No endurezcáis vuestros corazones Como en la rebelión, en el día de la tentación, en el desierto,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 no endurezcáis vuestros corazones como en la rebelión, el día de la tentación en el desierto,

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Hebreos 3:8
28 Tagairtí Cros  

Pero Israel no prestó atención. El pueblo fue tan soberbio como sus antepasados, y se negó a creer en el Señor su Dios.


No sean soberbios como ellos, sino ríndanse al Señor y vengan a su santuario que ha santificado para siempre, y adoren al Señor, Dios de ustedes, para que su ira se aparte de ustedes.


Se rebeló contra Nabucodonosor, aun cuando le había jurado lealtad. Sedequías era un hombre terco y orgulloso; por eso, no quiso volverse al Señor, Dios de Israel.


Pero nuestros antepasados eran porfiados y soberbios, y desobedecieron tus mandamientos.


Porque su sabiduría es profunda y vasto su poder. ¿Quién logró jamás vencerlo?


En el desierto se entregaron a sus deseos; en los páramos pusieron a prueba a Dios.


Con toda intención pusieron a Dios a prueba, exigiéndole comida a su antojo.


Pero aunque hizo todo esto por ellos, continuaron poniendo a prueba la paciencia de Dios; rebelándose contra el Dios Altísimo y negándose a cumplir sus mandatos.


No endurezcan su corazón como lo hizo Israel en el desierto, en Meribá y Masá.


A ese lugar, Moisés lo llamó Masá, que significa tentación, porque allí los israelitas tentaron al Señor, diciendo: «¿Está el Señor entre nosotros, o no?». También lo llamó Meribá, que significa queja, pues allí el pueblo de Israel se quejó contra Dios.


Pero cuando el faraón vio que se habían acabado las ranas, endureció su corazón y, tal como el Señor lo había advertido, no hizo caso a la petición que le habían hecho Moisés y Aarón.


Dichoso el hombre que honra al Señor, pero el que endurece su corazón caerá en desgracia.


El hombre que rechaza la corrección será destruido de repente y sin remedio.


Pero no quisieron escucharles, ni siquiera trataron de poner atención. ¡Son duros, empecinados y rebeldes, peor que sus antepasados!


Pero cuando su corazón y su mente se endurecieron por el orgullo, Dios lo sacó de su trono real y le quitó su gloria,


y el Señor le dijo a Moisés: ―¿Hasta cuando me despreciará este pueblo? ¿Es que nunca me creerán aun después de todos los milagros que he hecho entre ellos?


porque tienen el corazón endurecido, no oyen bien y tienen los ojos cerrados. Por lo tanto, no verán ni oirán ni entenderán ni se convertirán ni dejarán que yo los sane”.


Pero como muchos no querían creer y maldecían el Camino públicamente, Pablo decidió no predicarles más. Separó entonces a los creyentes y comenzó a discutir diariamente en la escuela de Tirano.


Él los sacó de Egipto haciendo innumerables y portentosos milagros, tanto en aquella tierra como en el Mar Rojo y en el desierto durante cuarenta años.


No pongamos a prueba al Señor, porque muchos de ellos lo hicieron y murieron mordidos por serpientes.


No debes provocarlo ni probar su paciencia como lo hiciste cuando te quejaste en su contra en Masá.


No sean soberbios ni rebeldes como el faraón y los egipcios. Ellos no quisieron dejar salir a Israel hasta que Dios los destruyó con plagas terribles.


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