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Hebreos 10:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

5 Por eso Cristo, al entrar en el mundo, dijo: «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas; por eso, me has dado un cuerpo.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Por eso, cuando Cristo vino al mundo, le dijo a Dios: «No quisiste sacrificios de animales ni ofrendas por el pecado. Pero me has dado un cuerpo para ofrecer.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Por eso, al entrar Cristo en el mundo dice: Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, sino que me formaste un cuerpo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Por lo cual, entrando en el mundo, dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Pero me preparaste cuerpo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Por eso, al entrar en el mundo, dice: Sacrificios y oblaciones no deseas, pero me preparaste un cuerpo;

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Hebreos 10:5
26 Tagairtí Cros  

Habrá siempre enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la de ella. El descendiente de la mujer te aplastará la cabeza, mientras tú solamente le morderás el talón.


Sus sacrificios me tienen harto, no me los traigan más. No quiero sus carneros engordados, no quiero ver la sangre de sus ofrendas.


Ni todos los bosques del Líbano contienen leña suficiente para consumir un sacrificio que baste para honrarlo, ni son suficientes todos sus animales para ofrecérselos a nuestro Dios.


Bueno, el Señor mismo elegirá la señal: ¡Una joven dará a luz un niño! y ella le pondrá por nombre Emanuel (que significa “Dios está con nosotros”).


¿Hasta cuándo estarás indecisa, oh muchacha terca? Porque el Señor hará que ocurra algo nuevo y diferente: ¡Israel buscará a Dios!


¡No sirve de nada quemar en mi presencia dulce incienso de Sabá! ¡Guárdense sus caros perfumes! No voy a aceptar sus ofrendas; no me agradan en lo más mínimo.


a preguntarle a Jesús: ―¿Eres tú de veras el que estábamos esperando, o debemos esperar a otro?


El ángel le contestó: ―El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por lo tanto, al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios.


y los mandó a preguntarle a Jesús: ―¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?


Y la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos visto su gloria, la gloria que le pertenece al Hijo único del Padre, en el que abundan el amor y la verdad.


Pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,


No hay duda alguna de que lo que Dios ha revelado acerca de nuestra fe es muy grande: Cristo vino a la tierra como hombre, fue declarado inocente por el Espíritu, fue visto por los ángeles, fue predicado entre las naciones, creído en el mundo y recibido en la gloria.


Cuando Dios trajo a su Primogénito al mundo, dijo: «Adórenlo todos los ángeles de Dios».


Y como Jesucristo hizo la voluntad de Dios al sacrificar su propio cuerpo, una sola vez y para siempre, por eso nosotros somos santificados.


Por eso dije: “Aquí me tienes”, como está escrito de mí en el libro: “He venido para hacer tu voluntad, oh Dios”».


Al principio dijo: «No quieres ni te agradan los sacrificios por los pecados ni las ofrendas y holocaustos» (a pesar de que la ley exigía que se ofrecieran).


Por consiguiente, ya que los hijos de Dios son de carne y hueso, Jesús también compartió esa misma naturaleza de carne y hueso, para así anular, por medio de su muerte, al que tiene el dominio de la muerte, al diablo,


Cuando Cristo estaba en la tierra, con voz fuerte y muchas lágrimas ofreció ruegos y súplicas a Dios, quien podía librarlo de la muerte. Y Dios escuchó sus oraciones en virtud de su ferviente deseo de obedecer a Dios.


A cada sumo sacerdote se le nombra para presentar ofrendas y sacrificios, y por eso es necesario que también él tenga algo que ofrecer.


Cristo mismo llevó en su cuerpo nuestros pecados a la cruz, para que muramos al pecado y llevemos una vida justa. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.


Por el mundo andan muchos engañadores que no creen que Jesucristo vino a la tierra como un verdadero hombre. El que dice esto es el engañador y el anticristo.


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