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Hebreos 10:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

4 porque es imposible que la sangre de los toros y de los chivos quite los pecados.

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Biblia Reina Valera 1960

4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Pues no es posible que la sangre de los toros y las cabras quite los pecados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 es que la sangre de los toros y de los chivos no tiene valor para quitar los pecados.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 porque es imposible° que la sangre de toros y de machos cabríos pueda quitar pecados.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 porque es imposible que sangre de toros y de machos cabríos borre pecados.

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Hebreos 10:4
19 Tagairtí Cros  

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas quemadas; si así fuera, con gusto lo haría.


Pero los que eligen sus propios caminos deleitándose en sus pecados, son malditos. Dios no aceptará sus ofrendas. Cuando se hagan esa clase de sacrificios en el altar de Dios, Dios los rechazará. Si sacrifican un cordero o traen una ofrenda de grano, es tan aborrecible para Dios como poner un perro o sangre de puercos sobre su altar. Cuando le queman incienso, él lo considera como si estuvieran adorando a un ídolo.


¡No sirve de nada quemar en mi presencia dulce incienso de Sabá! ¡Guárdense sus caros perfumes! No voy a aceptar sus ofrendas; no me agradan en lo más mínimo.


Ven con confianza, presenta tu ruego delante del Señor, y dile: «Señor, quítanos nuestra inclinación a cometer maldades; muestra tu bondad hacia nosotros y recíbenos de nuevo, y te ofreceremos cantos de gratitud.


Lo que más quiero de ustedes no son sus sacrificios rituales, sino que amen a Dios y a su prójimo; lo que más quiero de ustedes no son sus ofrendas, sino que me reconozcan y respeten como su Dios.


Y que amar a Dios con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más importante que todos los holocaustos y todos los sacrificios.


Al día siguiente Juan vio que Jesús se acercaba a él, y exclamó: «¡Aquí viene el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!


Y este será mi pacto con ellos cuando perdone sus pecados».


La ley es sólo una sombra de los bienes que están por venir y no la realidad misma de esos bienes. Por eso, la ley nunca puede hacer perfectos a los que adoran por medio de los mismos sacrificios, año tras año sin cesar.


Todo sacerdote celebra el culto día tras día ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados.


Al principio dijo: «No quieres ni te agradan los sacrificios por los pecados ni las ofrendas y holocaustos» (a pesar de que la ley exigía que se ofrecieran).


Esto nos muestra hoy en día que las ofrendas y los sacrificios que allí se ofrecen no tienen ningún poder para hacer perfecta la conciencia de los que celebran ese culto.


Además, ustedes saben que Jesús se hizo hombre para quitar nuestros pecados y que él jamás cometió pecado.


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