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Gálatas 5:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

1 ¡Cristo nos libertó para que vivamos en libertad! ¡Cuiden esa libertad y no se dejen someter de nuevo al yugo de la esclavitud!

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Biblia Reina Valera 1960

1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Por lo tanto, Cristo en verdad nos ha liberado. Ahora asegúrense de permanecer libres y no se esclavicen de nuevo a la ley.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Cristo nos liberó para ser libres. Manténganse, pues, firmes y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Para la libertad nos libertó el Mesías;° estad, pues, firmes, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Cristo nos liberó para que vivamos en libertad. Manteneos, pues, firmes; y no os dejéis sujetar de nuevo al yugo de la esclavitud.

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Gálatas 5:1
42 Tagairtí Cros  

Devuélveme el gozo de tu salvación y dame anhelo de obedecerte.


Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el entendimiento ¡y nunca los vendas!


El Espíritu del Señor Todopoderoso está sobre mí, porque me eligió para traer buenas noticias a los pobres, para consolar a los afligidos y para anunciarles a los prisioneros que pronto van a quedar en libertad.


Recargan a la gente de mandamientos que ni ellos mismos intentan cumplir.


Por eso, el vino nuevo se debe echar en odres nuevos.


¿Nos atreveremos a provocar a Dios, poniendo sobre los gentiles un yugo que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido llevar?


¡Que el pecado no vuelva a dominarlos! Ya no estamos atados a la ley; ahora vivimos bajo la gracia de Dios.


Ya están libres del pecado y han pasado a servir a la justicia.


Si desea casarse de nuevo, puede hacerlo, pues está libre de la ley y no es adúltera. Esto sería incorrecto si el esposo viviera; entonces sí sería una adúltera.


Pero ahora estamos muertos con respecto a la ley que nos dominaba y podemos servir a Dios. Y esto no como antes, que lo hacíamos bajo el antiguo mandamiento, sino que ahora lo hacemos bajo el poder del Espíritu.


Ustedes no recibieron un espíritu que los haga esclavos del miedo; recibieron el Espíritu que los adopta como hijos de Dios y les permite clamar: «Padre, Padre»,


porque el poder vivificador del Espíritu, poder que reciben a través de Jesucristo, los libera del poder del pecado y de la muerte.


Por eso, amados hermanos míos, estén firmes y constantes; trabajen siempre para la obra del Señor, conscientes de que nada de lo que hagamos para el Señor será en vano.


Estén alertas; sean fieles al Señor. Pórtense con valor y sean fuertes.


Si eras esclavo y el Señor te llamó, recuerda que Cristo te libertó; si eras libre cuando te llamó, recuerda que eres ahora esclavo de Cristo.


no les importa que los estén esclavizando y explotando ni que se estén aprovechando de ustedes; no les preocupa a ustedes que se enaltezcan y luego los abofeteen.


porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor allí hay libertad.


El hecho es que algunos mal llamados hermanos fueron a observar disimuladamente la libertad que teníamos en Cristo Jesús, y ¡querían encadenarnos a sus leyes como si fuéramos esclavos!


Pero ya que ha llegado la fe, ya no necesitamos que la ley nos guíe.


Pero nuestra madre es la Jerusalén celestial; y esta es libre.


Así que, hermanos, ¡no somos hijos de la esclava, sino de la libre!


Pero ahora que conocen a Dios, o mejor dicho, que Dios los conoce a ustedes, ¿cómo se les ocurre retroceder y volver a ser esclavos de esos poderes que no valen nada y no pueden hacer nada bueno por ustedes?


Les hablo así, hermanos, porque ustedes fueron llamados a ser libres. Pero no usen esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor.


¡Manténganse firmes! Que su ropa de batalla sea la verdad y su protección la justicia.


Pase lo que pase, vivan de manera digna, de acuerdo con el evangelio de Cristo, porque ya sea que vaya a verlos o que, estando ausente, sólo reciba noticias de ustedes, sabré que siguen firmes y unidos, luchando juntos por la fe del evangelio.


Nos reanima el saber que ustedes están firmes en el Señor.


Con esto en mente, hermanos, permanezcan aferrados firmemente a la verdad que les hemos enseñado en nuestras cartas y durante el tiempo que pasamos con ustedes.


Sigamos firmes en la esperanza que profesamos, porque él cumplirá la promesa que nos hizo.


pues hemos llegado a tener parte con Cristo, si somos fieles hasta el fin, tal como confiamos en Cristo al principio.


En cambio, Cristo es fiel como Hijo sobre la casa de Dios. Y nosotros somos la casa de Dios si mantenemos hasta el fin nuestra entereza y la esperanza que nos hace sentir orgullosos.


En Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que subió al mismo cielo. Por eso, debemos seguir confiando en él.


Pórtense como personas libres que no usan su libertad como pretexto para hacer lo malo, sino que viven como siervos de Dios.


Les prometen que serán libres, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción, ya que uno es esclavo de cualquier cosa que lo domine.


Amados, me había propuesto escribirles acerca de la salvación que Dios nos ha dado; pero ahora es preciso escribirles para que luchen y defiendan con firmeza la verdad que Dios, una vez y para siempre, dio a su santo pueblo.


Eso sí, retengan firmemente lo que tienen hasta que yo vaya.


Vuélvete a lo que oíste y creíste al principio; guárdalo firmemente y arrepiéntete. Si no lo haces, iré a ti como ladrón, cuando menos lo esperes.


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