Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Esdras 6:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

16 y fue entonces dedicado con gran gozo por los sacerdotes, los levitas y todos los que habían regresado del cautiverio.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

16 Entonces los hijos de Israel, los sacerdotes, los levitas y los demás que habían venido de la cautividad, hicieron la dedicación de esta casa de Dios con gozo.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Luego, el pueblo de Israel, los sacerdotes, los levitas y todos los demás que habían regresado del destierro dedicaron el templo de Dios con gran alegría.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Los israelitas, los sacerdotes, los levitas y los demás desterrados hicieron una gran fiesta para la consagración de ese Templo de Dios.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

16 Y los hijos de Israel, los sacerdotes y los levitas, y el resto de los hijos del cautiverio, consagraron esa Casa de Dios con regocijo.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Los israelitas -los sacerdotes, los levitas y los demás que habían vuelto de la cautividad- celebraron con gran júbilo la dedicación de este templo de Dios.

Féach an chaibidil Cóip




Esdras 6:16
21 Tagairtí Cros  

Entonces el rey y todo el pueblo dedicaron el templo del Señor, ofreciendo sacrificios de paz delante del Señor. En total ofrecieron veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas.


Los jefes israelitas llevaron el cofre a Jerusalén, con gritos de júbilo, toques de cuernos y trompetas, estrépito de címbalos y ruido armonioso de arpas y cítaras.


Los primeros en regresar y establecer otra vez su hogar en los pueblos en que antes vivían, fueron familias de las tribus de Israel, como también los sacerdotes, los levitas, y los ayudantes del templo.


Entonces el rey Ezequías ordenó a los levitas que cantaran algunos salmos de David y del profeta Asaf delante del Señor, lo que ellos hicieron con todo gozo, e inclinaron su cabeza y adoraron.


Era tanta la alegría, que todos estuvieron de acuerdo en continuar la fiesta por otros siete días más.


Jerusalén no había visto una celebración como esta desde los días de Salomón, hijo del rey David.


Cuando los enemigos de Judá y de Benjamín oyeron que los cautivos habían regresado y estaban reconstruyendo el templo,


Próxima ya la dedicación de la nueva muralla de Jerusalén, se pidió a todos los levitas de la tierra que vinieran a Jerusalén a presenciar la ceremonia y a participar en la feliz ocasión con sus acciones de gracias, acompañados de címbalos, salterios y arpas.


En aquel día de gozo se ofrecieron muchos sacrificios, porque el Señor les había dado motivos para estar muy gozosos. Las mujeres y los niños también se alegraron, y el regocijo del pueblo de Jerusalén se oía desde lejos.


Los sacerdotes, los levitas, los porteros, los miembros del coro, los ayudantes del templo, y el resto del pueblo volvieron a sus respectivos pueblos y ciudades. Para el mes séptimo ya los israelitas estaban ubicados en sus ciudades.


Además, Esdras les dijo: «¡Vayan a sus casas a celebrar este día! Preparen buena comida, beban vino dulce y compartan con los que no tienen nada preparado. No, no se entristezcan porque el gozo del Señor es nuestra fortaleza».


Me alegré mucho cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor».


En seguida Daniel fue llevado ante el rey, quien le preguntó: ―¿Eres tú el Daniel, a quien el rey Nabucodonosor trajo de Israel como cautivo judío?


Era invierno y por esos días se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación.


Tú y tu familia harán fiesta allí delante del Señor tu Dios y te regocijarás en todo lo que él ha hecho por ti.


Alégrense siempre en el Señor. Se lo repito: ¡Alégrense!


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí