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Efesios 6:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

18 Sobre todo, oren a Dios en todo tiempo. Y cuando lo hagan, sean dirigidos por el Espíritu. Manténganse bien despiertos y vigilantes, y no dejen de orar por todo el pueblo santo de Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo en favor de todos los santos, sus hermanos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Orad siempre en el Espíritu mediante toda oración y súplica, velando también para ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Con toda clase de oraciones y súplicas, orad en toda ocasión en el Espíritu, y velad juntos y con perseverancia, intercediendo por todo el pueblo santo,

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Efesios 6:18
51 Tagairtí Cros  

»Que tus ojos estén abiertos y tus oídos atentos a las oraciones que ellos hagan. Señor, escucha y responde siempre que ellos clamen a ti,


Salomón había estado arrodillado, con las manos extendidas hacia los cielos. Cuando terminó de orar, se levantó delante del altar del Señor, y pronunció esta bendición sobre todo el pueblo de Israel:


Y que estas palabras de mi oración estén continuamente delante de él, día y noche, para que nos ayude a mí y a todo Israel, de acuerdo con nuestras necesidades diarias.


Además, Mardoqueo le dio a Hatac una copia del decreto del rey en el que se condenaba a todos los judíos, y le pidió que se lo mostrara a Ester y le contara lo que estaba ocurriendo. También le pidió que le dijera a Ester que fuera a ver al rey y le suplicara que no le hiciera tal mal a su pueblo.


Porque él se goza en el Todopoderoso o se acuerda de Dios sólo en tiempos de crisis.


Responde a mi clamor, Dios mío y defensor mío. Alivia mi pena. Ten piedad de mí; escucha mi oración.


y mi súplica. Él responderá a todas mis oraciones.


Señor, angustiados te buscaron. Cuando les llegó tu castigo, entonces exhalaron su temerosa oración.


Pero aunque Daniel lo supo, se fue a su hogar y se arrodilló como de costumbre en su dormitorio en la planta alta, con sus ventanas abiertas hacia Jerusalén, y oró tres veces al día, tal como siempre lo había hecho, dando gracias a su Dios.


»Mientras estaba orando y confesando mis faltas y las faltas de mi pueblo, y desesperadamente suplicando al Señor mi Dios por Jerusalén, asentada sobre su santo monte,


Sí, luchó con el ángel y lo venció. Lloró y le imploró que lo bendijera. Se encontró con Dios en Betel, y allí habló con él.


Entonces llenaré las vidas de los habitantes de Jerusalén de espíritu de gracia y oración, y ellos pondrán su atención en mí, a quien traspasaron, y se lamentarán de su antiguo error como se llora la muerte de un primogénito, habrá luto como si se les hubiera muerto el hijo mayor.


Pero este tipo de demonio no sale a menos que uno haya orado y ayunado.


Manténganse despiertos y oren, para que la tentación no los venza. Porque es cierto que el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil».


Por eso, estén alertas y vigilen, porque ustedes no saben cuándo llegará ese tiempo.


Vigilen y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil».


Ustedes estén siempre vigilantes. Oren para que puedan escapar de todo lo que va a suceder, y así puedan presentarse delante del Hijo del hombre».


Les dijo: «¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren para que no caigan en tentación».


hijo de Máat, hijo de Matatías, hijo de Semeí, hijo de Josec, hijo de Judá,


hijo de Matusalén, hijo de Enoc, hijo de Jared, hijo de Malalel, hijo de Cainán,


Hombre piadoso, al igual que su familia, daba limosnas a manos llenas para el pueblo de Israel y oraba sin cesar.


La iglesia, al enterarse, se entregó a orar ferviente y constantemente por Pedro, mientras estaba en prisión.


Así podremos nosotros dedicarnos a orar y a proclamar la Palabra.


Regocíjense en la esperanza, tengan paciencia si sufren y nunca dejen de orar.


Ustedes no recibieron un espíritu que los haga esclavos del miedo; recibieron el Espíritu que los adopta como hijos de Dios y les permite clamar: «Padre, Padre»,


Y como ustedes son sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, y por eso lo llamamos «Papá, papá».


no he cesado de recordarlos y dar gracias a Dios por ustedes. Pido constantemente a Dios, el glorioso Padre de nuestro Señor Jesucristo, que les dé sabiduría y revelación, por medio de su Espíritu, para que lo conozcan mejor.


Ustedes, pues, unidos a él, forman también parte de ese lugar en el que Dios mora por medio de su Espíritu.


para que puedan entender, en compañía de todo el pueblo santo, lo ancho, largo, alto y profundo que es el amor de Cristo. Pido que ustedes experimenten ese amor, que nunca podremos entender del todo. Así estarán completamente llenos de Dios.


Aunque soy el más pequeño de todos los que son parte del pueblo santo, Dios me concedió, por su amor, la misión de anunciar a las naciones el tesoro incalculable de Cristo.


Oren también por mí. Pidan a Dios que ponga en mi boca las palabras que debo decir, para que con valor anuncie las buenas nuevas que Dios había mantenido en secreto.


siempre que oro por ustedes lo hago con alegría,


No se angustien por nada; más bien, oren; pídanle a Dios en toda ocasión y denle gracias.


Cada vez que oramos por ustedes damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo,


porque nos han hablado de lo mucho que confían en el Señor y de cuánto amor le tienen al pueblo de Dios.


Nunca se cansen de orar. Oren siempre con gratitud.


Lo que recomiendo es que, en primer lugar, hagan oraciones por todos; rueguen y supliquen que Dios tenga misericordia de ellos, y denle gracias.


¡Siempre doy gracias a Dios por ti, Timoteo! De día y de noche elevo oraciones por ti al Dios de mis antepasados. A él le sirvo con la conciencia limpia.


porque me han hablado del amor y de la fidelidad que profesas al Señor Jesús y a todos los que son del pueblo santo de Dios.


Cuando Cristo estaba en la tierra, con voz fuerte y muchas lágrimas ofreció ruegos y súplicas a Dios, quien podía librarlo de la muerte. Y Dios escuchó sus oraciones en virtud de su ferviente deseo de obedecer a Dios.


Ya se acerca el fin de todas las cosas. Por tanto, sean serios y responsables en la oración.


Pero ustedes, amados míos, manténganse firmes en su santísima fe; aprendan a orar guiados por el Espíritu Santo;


Como Elí vio que Ana prolongaba mucho su oración y que movía los labios sin emitir sonido, pensó que estaba ebria.


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