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Efesios 1:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

10 Cuando llegue el tiempo preciso, Dios reunirá todas las cosas —las que están en el cielo y en la tierra— bajo una cabeza, Cristo.

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Biblia Reina Valera 1960

10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el cielo y también las que están en la tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Pues Dios quiso reunir en él, cuando llegara la plenitud de los tiempos, tanto a los seres celestiales como a los terrenales.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 en la dispensación° del cumplimiento de los tiempos: de reunir todas las cosas en el Mesías, las que están en los cielos y las que están en la tierra;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 referente a la economía de la plenitud de los tiempos: recapitular todas las cosas en Cristo, las que están en el cielo y las que están en la tierra.

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Efesios 1:10
29 Tagairtí Cros  

El cetro estará en las manos de Judá, y el bastón de gobernante estará en sus pies, hasta que llegue el rey por excelencia, a quien todos los pueblos obedecerán.


»Durante el gobierno de estos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido, al que nadie jamás podrá conquistar. Este reino de Dios destruirá a todos estos reinos, pero él mismo permanecerá estable para siempre.


»Luego, en ese tiempo yo repararé la casa de David, repararé sus grietas, levantaré sus murallas, y haré que vuelva a ser tan importante como antes.


Presten atención a lo que el Señor Todopoderoso dice: «Yo enviaré a mi mensajero delante de mí, para que me prepare el camino. Entonces el Señor, a quien buscan, vendrá repentinamente a su templo. Sí, vendrá primero el mensajero que anuncia la alianza de Dios, a quienes ustedes desean».


y las naciones se reunirán delante de mí. Y las separaré como el pastor separa las ovejas de los cabritos.


«¡Llegó por fin la hora! —anunciaba—. ¡El reino de Dios está cerca! Arrepiéntanse y crean las buenas noticias».


Estos incidentes ocurrieron para servirnos de ejemplo; son una advertencia y fueron escritos para nosotros que vivimos cuando el mundo se aproxima a su fin.


Pero hay algo que deseo recordarles: Cristo es la cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es la cabeza de Cristo.


Pero cuando se cumplió el plazo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,


Dios ha puesto todas las cosas a sus pies y lo hizo suprema cabeza de la iglesia.


Puso fin a los mandatos y reglas de la ley, y a los dos pueblos los hizo parte de sí mismo, creando una sola y nueva humanidad. Así creó la paz.


de quien recibe su nombre toda familia —tanto las que están en el cielo como las que están en la tierra—,


Sin duda ya se enteraron del plan que, en su amor, Dios me encargó para ustedes.


Cristo mismo es el creador de cuanto existe en los cielos y en la tierra, de lo visible y de lo invisible, y de todos los seres que tienen poder, autoridad y dominio; todo fue creado por medio de él y para él.


Por medio del Hijo, Dios reconcilió con él todas las cosas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra. Esa paz la logró Dios por medio de la sangre que Jesús derramó en la cruz.


La nacionalidad y la raza, la religión, la educación y la posición social carecen de importancia en esta vida. Lo que importa es que Cristo es todo y está en todos.


pero en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio de su Hijo. A él Dios lo hizo heredero de todas las cosas y por medio de él creó todo el universo.


Es que Dios tenía preparado algo mejor: los perfeccionará a ellos cuando nosotros también lo seamos.


Estas son únicamente reglas que tienen que ver con alimentos, bebidas y diversas ceremonias de purificación, que sólo tienen vigencia hasta que llegue el tiempo de reformarlo todo.


A Cristo, Dios lo había escogido desde antes de la creación del mundo, y él apareció en estos últimos tiempos para bien de ustedes.


y dedicaron al Cordero este nuevo canto: «Eres digno de recibir el pergamino y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado y con tu sangre compraste para Dios un pueblo de entre todos los linajes, pueblos, lenguas y naciones.


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