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Daniel 9:25 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

25 »”Ahora escucha y entiende bien: Siete semanas han de pasar desde el momento en que se ordene la reconstrucción de Jerusalén, hasta la llegada del jefe elegido por Dios. Después de esto pasarán sesenta y dos semanas más para la reconstrucción de las calles y las murallas de Jerusalén; pero serán tiempos peligrosos.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 ¡Ahora escucha y entiende! Pasarán siete conjuntos de siete más sesenta y dos conjuntos de siete desde el momento en que se dé la orden de reconstruir Jerusalén hasta que venga un gobernante, el Ungido. Jerusalén será reconstruida con calles y fuertes defensas, a pesar de los tiempos peligrosos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Entiende bien esto: Desde que se haya dado la orden de reconstruir Jerusalén hasta un jefe consagrado, son siete semanas; luego pasarán sesenta y dos semanas para reconstruir plazas y muros. Luego llegará el fin de los tiempos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y reedificar a Jerusalem hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas. Se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Advierte, pues, y entiende: desde que se dio la orden de reconstruir Jerusalén hasta el príncipe ungido habrá siete semanas, y en sesenta y dos semanas; plazas y fosos serán reconstruidos, aunque serán tiempos de angustia.

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Daniel 9:25
32 Tagairtí Cros  

Entonces, siguiendo las instrucciones de David, Sadoc llevó el cofre de regreso a la ciudad. ―Si es la voluntad del Señor —dijo David—, él me permitirá regresar para ver el cofre y el santuario nuevamente. Pero si no, que haga conmigo lo que mejor le parezca.


Las obras quedaron suspendidas hasta el segundo año del reinado del rey Darío, de Persia.


Después, durante el reinado de Artajerjes, rey de Persia, Esdras llegó a Jerusalén. Esdras era hijo de Seraías. Seraías era hijo de Azarías; Azarías era hijo de Jilquías; Jilquías era hijo de Salún; Salún era hijo de Sadoc; Sadoc era hijo de Ajitob; Ajitob era hijo de Amarías; Amarías era hijo de Azarías; Azarías era hijo de Merayot, Merayot era hijo de Zeraías; Zeraías era hijo de Uzi; Uzi era hijo de Buquí; Buquí era hijo de Abisúa; Abisúa era hijo de Finés; Finés era hijo de Eleazar; y Eleazar era hijo de Aarón, el primer sumo sacerdote.


El sumo sacerdote Eliasib y los otros sacerdotes se encargaron de reconstruir la entrada de las Ovejas. Le colocaron la puerta, y reedificaron la muralla desde la torre de los Cien hasta la torre de Jananel.


Delante de sus amigos y de los oficiales del ejército samaritano, dijo: ―¿Qué hace ese grupito de judíos pobres y débiles? ¿Piensan que se les permitirá reconstruir, para que vuelvan a ofrecer sus sacrificios? ¿Acaso creen que ese trabajo lo pueden terminar en un día? ¡Miren las piedras calcinadas que están sacando de la basura para volverlas a usar!


Se pusieron de acuerdo para atacar a Jerusalén y producir desánimo en la gente.


Terminamos la reconstrucción de la muralla el día veinticinco del mes de elul, es decir, cincuenta y dos días después de haberla comenzado.


Mis enemigos murmuran contra mí; todos ellos se juntan y hacen planes para matarme.


Tiempo de matar; Tiempo de sanar; Tiempo de destruir; Tiempo de reedificar;


A él lo puse por testigo para guiar a las naciones en el camino de la justicia y de mis enseñanzas.


Porque nos ha nacido un niño, se nos ha dado un hijo y él tendrá el gobierno sobre su hombro. Estos serán sus títulos de realeza: «Admirable», «Consejero», «Dios poderoso», «Padre eterno», «Príncipe de paz».


Aun llegó a desafiar al jefe del ejército del cielo al prohibir los sacrificios rituales diarios que se le ofrecían, además de echar por tierra el lugar más sagrado de su templo.


Será experto en engañar. Derrotará a muchos al sorprenderlos desprevenidos. Sin advertencia alguna los destruirá. Se enfrentará al Príncipe de los príncipes pero será destruido aunque no por un poder humano.


En cuanto empezaste a orar, Dios te respondió. Yo estoy aquí para contarte lo que era, pues Dios te ama mucho. ¡Escucha, y trata de comprender el significado de la visión que tuviste!


¡Jerusalén, ciudad guerrera, prepárate para la guerra, refuerza tus murallas pues nos han sitiado y el gobernante de Israel será humillado y maltratado!


Pero tú, Belén Efrata, aunque eres sólo un pequeño pueblo de Judá, serás el lugar de donde nacerá el rey que gobernará a Israel. Este rey pertenece a una familia muy antigua y su linaje se remonta hasta tiempos muy lejanos.


La buena tierra representa el corazón del hombre que escucha el mensaje, lo entiende y sale a ganar treinta, sesenta y hasta cien almas para el reino de Dios».


»Por lo tanto, cuando vean que aparece en el Lugar Santo la desoladora impureza de que habla el profeta Daniel (¡preste atención el lector!),


»Y cuando vean que “la terrible abominación” está donde no debe estar (el que lee, que entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a las montañas.


Andrés, al primero que encontró fue a su hermano Simón y le dijo: ―Hemos encontrado al Mesías (es decir, al Cristo).


La mujer respondió: ―Yo sé que viene el Mesías, al que llaman el Cristo. Cuando él venga nos explicará todas las cosas.


y mataron al autor de la vida. Pero Dios le devolvió la vida; de ello nosotros somos testigos.


Luego, con su gran poder, lo exaltó como Príncipe y Salvador, para que el pueblo de Israel se vuelva a Dios y alcance el perdón de sus pecados.


Felipe obedeció presuroso y, al acercarse, escuchó lo que el funcionario iba leyendo. ―¿Entiendes eso que lees? —le preguntó.


aprovechen bien cada oportunidad, porque los días son malos;


y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, que fue el primero en levantarse de entre los muertos y que tiene autoridad sobre todos los reyes de la tierra. Al que nos ama y derramó su sangre para libertarnos de nuestros pecados,


En su vestidura y en un muslo tiene escrito este título: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.


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