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Cantares 4:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

7 ¡Qué hermosa eres toda tú, amor mío! No tienes defectos.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Toda tú eres hermosa, amiga mía, Y en ti no hay mancha.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Toda tú eres hermosa, amada mía, bella en todo sentido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Eres toda hermosa, amada mía, en ti no hay ningún defecto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 ¡Toda tú, oh amada mía, eres hermosa, Y en ti no hay mancha!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Eres toda hermosa, amada mía, no hay defecto en ti.

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Cantares 4:7
12 Tagairtí Cros  

El rey, tu señor, se deleita en tu belleza. Inclínate ante él con reverencia.


La novia, que es una princesa, espera en su recámara, cubierta de hermosos vestidos bordados en oro.


¡Qué bella eres, amor mío! ¡Qué bella eres! Tus ojos son suaves como paloma.


¡Qué hermosa eres, amor mío, qué hermosa! Tus ojos, tras el velo, son como palomas. Sobre el rostro, tus negros cabellos son como rebaños de cabras que retozan en las laderas de Galaad.


Su boca es dulcísima, él es todo un amor. Así, oh mujeres de Jerusalén, es mi amado, ¡así es mi amor!


Cierta noche, mientras dormía, se me despertó en sueños el corazón. Oí la voz de mi amado; ¡llamaba a la puerta de mi recámara! «Ábreme, amada mía; amor mío, mi linda paloma», decía, «pues mi cabeza está empapada de rocío; la humedad de la noche corre por mi cabello».


»¡Ah, qué delicias aguardan a Israel, deleites en las tiendas de Jacob!


Pero ahora él los ha reconciliado por medio de la muerte que Cristo sufrió en su cuerpo, para presentarlos santos, sin mancha ni culpa, ante la misma presencia de Dios.


Por eso, amados hermanos, mientras esperan ustedes el cumplimiento de estas cosas, traten de vivir sin pecado y procuren vivir en paz con Dios.


Y ahora, que la gloria, la majestad, el imperio y la potencia sean eternamente del único Dios, Salvador nuestro por medio de Jesucristo, quien tiene poder para conservarlos sin caída y, con gran alegría, presentarlos sin tacha ante su gloriosa presencia. Amén.


Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de donde estaba Dios. Tenía la apariencia gloriosa y bella de una novia.


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