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Cantares 1:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

7 Dime, amado mío, ¿dónde llevas hoy tu rebaño? ¿Dónde harás descansar tus ovejas al mediodía? ¿Por qué he de andar vagando entre los rebaños de tus compañeros?

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

7 Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, Dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía; Pues ¿por qué había de estar yo como errante Junto a los rebaños de tus compañeros?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Dime, mi amor, ¿hacia dónde llevarás hoy tu rebaño? ¿Dónde harás descansar tus ovejas al mediodía? ¿Por qué tendría yo que vagar como una prostituta entre tus amigos y sus rebaños?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Dime, Amado de mi alma, ¿a dónde llevas a pastar tu rebaño, dónde lo llevas a descansar a mediodía, para que yo no ande como vagabunda detrás de los rebaños de tus compañeros?

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Hazme saber, oh tú, a quien ama mi alma: ¿Dónde pastoreas? ¿Dónde lo° haces descansar al mediodía? Entre los rebaños de tus compañeros?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Dime, amado de mi alma, dónde apacientas el rebaño, dónde sestea al mediodía, para que no vague perdida tras la grey de tus zagales.

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Cantares 1:7
33 Tagairtí Cros  

―Busco a mis hermanos y sus rebaños. ¿Los ha visto?


Amo al Señor; porque él escucha mis plegarias y las contesta.


Señor, ¡cuánto te amo! Porque eres mi fuerza.


Te imploro que me ayudes, Señor, porque tú eres mi roca de salvación. Si no quieres responderme y guardas silencio, ¡prefiero mejor la muerte que la vida!


Pastor de Israel, tú que guías a José como a un rebaño; tú que reinas sobre los querubines, ¡escucha mi súplica! ¡Muestra tu poder y resplandeciente gloria!


Mi amado es mío y yo soy suya. Él está apacentando entre los lirios.


Mi amado es un manzano, el mejor del huerto en comparación con cualquier otro joven. Me he sentado en su anhelada sombra y su fruto es delicioso para comer.


Mi amado es bronceado y hermoso, el mejor entre diez mil.


Su boca es dulcísima, él es todo un amor. Así, oh mujeres de Jerusalén, es mi amado, ¡así es mi amor!


Les ruego, mujeres de Jerusalén, que si encuentran a mi amado, le digan que me muero de amor.


Mi amado ha bajado a su huerto, a sus lechos de especias, a apacentar su rebaño y a recoger lirios.


Yo soy de mi amado y mi amado es mío. Él apacienta su rebaño entre los lirios.


Amada mía, tú que moras en los huertos, qué hermoso que tus compañeros puedan escuchar tu voz; deja que yo también la oiga.


jamás volverá a surgir Babilonia. Generaciones vendrán y pasarán pero su tierra no volverá a ser habitada ni los nómadas volverán a acampar en ella. Los pastores jamás pernoctarán allí con sus ovejas.


Toda la noche te busco; busco a Dios con todo fervor; sólo cuando vengas a juzgar la tierra y a castigarla, el pueblo se apartará de su maldad y hará lo que es justo.


Como pastor apacentará su rebaño, llevará en brazos los corderillos y suavemente guiará las ovejas con cría.


Ahora entonaré para el que amo un canto sobre su viña. Mi Amado tiene una viña en una fértil colina.


Este país, aunque toda persona, animal y ciudad de ella estén sentenciados, nuevamente verán pastores conduciendo ovejas y corderos.


En aquel tiempo este rey se levantará con mucho poder y guiará al pueblo de Dios con seguridad y autoridad, como un pastor apacentará a su rebaño con el poder y la grandeza que el Señor su Dios le dará. Y logrará que su pueblo viva seguro y en paz, y su reino se extenderá hasta el último rincón de la tierra.


El que ame a su padre o madre más que a mí, no es digno de ser mío; y el que ame a su hijo o hija más que a mí, no es digno de ser mío.


»Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.


Por tercera vez Jesús le preguntó: ―Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se puso triste de que Jesús le preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?». Entonces le dijo: ―Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: ―Cuida de mis ovejas.


Ustedes aman a Jesucristo a pesar de que no lo han visto; y aunque ahora no lo ven, creen en él y se llenan de una gran alegría,


Para ustedes los creyentes, esta piedra es preciosa. Pero para los que no creen: «La piedra que los constructores despreciaron ha llegado a ser la piedra más importante».


Aunque salieron de entre nosotros, en realidad nunca fueron de los nuestros, porque si lo hubieran sido, se habrían quedado con nosotros. El hecho de que nos dejaran comprueba que no eran de los nuestros.


El Cordero que está en el trono los alimentará y, como pastor, los conducirá a las fuentes del agua de la vida. Y Dios les enjugará las lágrimas.


―Me dijo que regresara y espigara muy cerca de las segadoras hasta que haya terminado la cosecha de todo el campo —añadió Rut.


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