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Abdías 1:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

19 Entonces mi pueblo, que vive en el Néguev, ocupará para habitarla la zona montañosa de los edomitas, los descendientes de Esaú; los que viven en las tierras bajas de Judea tomarán posesión de los valles de los filisteos, y volverán a tomar posesión de los campos de Efraín y de Samaria. Y el pueblo de Benjamín poseerá a Galaad.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Y los del Neguev poseerán el monte de Esaú, y los de la Sefela a los filisteos; poseerán también los campos de Efraín, y los campos de Samaria; y Benjamín a Galaad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 »Entonces mi pueblo que vive en el Neguev ocupará las montañas de Edom. Los que viven en las colinas de Judá poseerán las llanuras de los filisteos y se apoderarán de los campos de Efraín y de Samaria, y el pueblo de Benjamín ocupará la tierra de Galaad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Los habitantes del Negueb heredarán los cerros de Esaú; los de la tierra baja, el país de los filisteos; heredarán del territorio de Efraím y los campos de Samaria, y los de Benjamín heredarán Galaad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Los del Néguev° poseerán la región montañosa de Esaú, y los de la Sefelá° la tierra de los filisteos, y poseerán el territorio° de Efraín y el campo de Samaria, y los de Benjamín poseerán Galaad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Ocuparán el Negueb y la montaña de Esaú, la Sefela y Filistea; la tierra de Efraín, el territorio de Samaría, Benjamín y Galaad.

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Abdías 1:19
33 Tagairtí Cros  

El rey de Asiria llevó habitantes de Babilonia, Cuta, Ava, Jamat, y Sefarvayin, y los instaló en las ciudades de Samaria, en lugar del pueblo de Israel. Los asirios, pues, tomaron posesión de Samaria y de las demás ciudades de Israel.


Por lo tanto, Dios permitió a Pul, rey de Asiria, (conocido también como Tiglat Piléser) que invadiera la tierra y desterrara a los integrantes de las tribus de Rubén, de Gad y de la media tribu de Manasés, los cuales fueron conducidos a Jalaj, a Jabor, a Hará y al río Gozán, lugares en que se quedaron viviendo definitivamente.


El rey envió esta respuesta a Rejún, el gobernador, a Simsay, el secretario, y a sus compañeros que vivían en Samaria y en el resto del área occidental del río Éufrates.


se acercaron a Zorobabel y a los demás jefes, y les dijeron: ―Permítannos que trabajemos con ustedes, porque nosotros también adoramos a su Dios, y le hemos estado ofreciendo sacrificios desde que el rey Esarjadón, de Asiria, nos hizo venir aquí.


Porque Dios salvará a Sion; él reconstruirá las ciudades de Judá, su pueblo habitará en ellas y no será desposeída.


Sí, se volverán a comprar y vender tierras —se firmarán y sellarán documentos de compra-venta ante testigos— en la región de Benjamín y aquí en Jerusalén, en las ciudades de Judá y en toda la región montañosa, en el valle de Filistea y también en el sur, porque un día yo les restauraré su prosperidad.


¿Qué es lo que hacen? ¿Por qué moran los amonitas en las ciudades de los israelitas? ¿No hay acaso israelitas suficientes? ¿No se las di a ellos como herencia? ¿Por qué entonces ustedes, adoradores de Moloc, se han apoderado de Gad y todas sus ciudades?


yo causaré ahora mucho daño en sus territorios, y borraré a los quereteos del mapa y destruiré completamente aquellos que habitan al lado de la costa del mar!


Y vivirán en Israel, la tierra que yo di a sus antepasados hace tanto tiempo. Y serán mi pueblo y yo seré su Dios.


El Señor dice: «Los habitantes de Amón han acumulado maldad sobre maldad, así que no los dejaré sin castigo. Para ensanchar sus fronteras llenaron de terror a todo mundo, incluso abrieron el vientre de las mujeres embarazadas que vivían en Galaad.


Mataré a la gente de Asdod y destruiré al rey de Ascalón. Arremeteré con furia contra los habitantes de Ecrón y no dejaré con vida a ningún filisteo». Lo ha dicho el Señor.


Israel, que es mi pueblo, se adueñará de lo que queda de Edom y de todas las naciones vecinas. Lo ha dicho el Señor, quien hará que esto ocurra.


¡Señor, ven y cuida a tu pueblo, apacienta a tu rebaño! Haz que tu pueblo viva en paz y con prosperidad; permítele deleitarse en las fértiles praderas de Basán y Galaad, como antes lo hacía.


La mitad de Galaad y las ciudades reales del rey Og de Basán, Astarot y Edrey, fueron entregadas a la mitad del clan de Maquir, quien era hijo de Manasés.


Las ciudades de Judá que estaban situadas a lo largo de las fronteras del Edom en el Néguev, a saber: Cabsel, Edar, Jagur, Quiná, Dimoná, Adadá, Cedes, Jazor, Itnán, Zif, Telén, Bealot, Jazor Jadatá, Queriot, Jezrón (conocida también como Jazor), Amán, Semá, Moladá, Jazar Gadá, Hesmón, Bet Pelet, Jazar Súal, Berseba, con sus poblados, Balá, Iyín, Esen, Eltolad, Quesil, Jormá, Siclag, Madmana, Sansaná, Lebaot, Siljín, Ayin y Rimón. En total estas ciudades con sus pueblos circundantes eran veintinueve.


Las siguientes ciudades situadas en los valles también fueron asignadas a Judá: Estaol, Zora, Asena, Zanoa, Enganín, Tapúaj, Enam, Jarmut, Adulán, Soco, Azeca, Sajarayin, Aditayin, Guederá y Guederotayin. En total eran catorce ciudades con sus correspondientes pueblos.


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