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2 Reyes 4:39 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

39 Uno de los jóvenes fue al campo a buscar verduras y regresó con algunas calabazas silvestres, las partió y las puso en una olla, sin saber que eran venenosas.

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Biblia Reina Valera 1960

39 Y salió uno al campo a recoger hierbas, y halló una como parra montés, y de ella llenó su falda de calabazas silvestres; y volvió, y las cortó en la olla del potaje, pues no sabía lo que era.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 Entonces uno de los jóvenes fue al campo a recoger hierbas y regresó con el bolsillo lleno de calabazas silvestres. Las cortó en tiras y las puso en la olla, sin darse cuenta de que eran venenosas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Uno de ellos salió al campo a recoger hierbas, halló una especie de uva silvestre, recogió varios racimos hasta llenar su manto. Al volver, los fue desgranando en el tiesto en que se preparaba el caldo, sin que nadie supiera lo que era.

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Y uno salió al campo a recoger hierbas, y encontró una parra silvestre, y recogió de ella calabazas silvestres hasta llenar su faldón, y regresó y las echó en la olla del potaje, pero no sabían lo que era.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 Uno de ellos salió al campo a recoger hierbas y encontró una especie de cepa silvestre; tomó unas calabazas silvestres hasta llenar su manto. Luego volvió, las cortó en trozos y las echó en la olla del potaje, sin saber lo que era.

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2 Reyes 4:39
9 Tagairtí Cros  

Un día Jacob estaba haciendo un guiso cuando Esaú llegó del campo muy cansado


El templo estaba cubierta de cedro por dentro, y la madera estaba tallada con diseños de flores abiertas y en botón, de modo que no se veía ni una sola piedra.


Eliseo regresó a Guilgal. Había hambre en la tierra. Un día, mientras enseñaba a los jóvenes profetas, le dijo a Guiezi: ―Haz un guiso para que cenen estos hombres.


Pero después que los hombres comieron un poco, gritaron: ―¡Señor, el guiso de la olla es venenoso!


El afán sin conocimiento no es bueno; el que va de prisa puede equivocar el camino.


¿Qué más podría haber hecho yo? ¿Por qué en vez de uvas dulces mi viña produjo uvas agrias?


¿Cómo pudo ocurrir esto? ¿Cómo pudo ser? Porque cuando yo los planté, elegí cuidadosamente la semilla: era la mejor. ¿Por qué te has convertido en esta degenerada raza de malvados, como si procedieran de una malísima semilla?


―Cualquier planta que mi Padre no haya sembrado será arrancada —les respondió Jesús—.


Asegúrense de que a nadie le falte el amor de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause problemas y envenene a muchos.


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