2 Reyes 10:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008
6 Jehú les escribió otra carta, con el siguiente mensaje: «Si de verdad están de mi parte, y están dispuestos a obedecerme, les pido que mañana, a esta hora, vayan a Jezrel y me lleven las cabezas de los hijos de Acab». (Los setenta hijos del rey Acab vivían con los hombres que estaban a cargo de su crianza).
6 Él entonces les escribió la segunda vez, diciendo: Si sois míos, y queréis obedecerme, tomad las cabezas de los hijos varones de vuestro señor, y venid a mí mañana a esta hora, a Jezreel. Y los hijos del rey, setenta varones, estaban con los principales de la ciudad, que los criaban.
6 Jehú respondió con una segunda carta: «Si ustedes están de mi lado y van a obedecerme, tráiganme a Jezreel la cabeza de cada uno de los hijos de su amo mañana, a esta hora». Los setenta hijos del rey estaban al cuidado de los líderes de Samaria, en donde se les había criado desde la niñez.
6 Jehú les escribió entonces una segunda carta en la que les decía: 'Si están conmigo y si están dispuestos a servirme, tomen las cabezas de los hijos de su amo y vengan a verme mañana a la misma hora en Yizreel'.
Los hijos de los reyes eran setenta y eran educados por los nobles de la ciudad.
6 Y él les escribió una segunda carta, diciendo: Si estáis conmigo y hacéis caso a mi voz, tomad las cabezas de los hombres, los hijos de vuestro señor, y venid a mí mañana a esta hora a Jezreel. Y los hijos del rey (que eran setenta hombres) estaban con los grandes de la ciudad, quienes los educaban.
6 Escribióles entonces él una segunda carta en la que decía: 'Si estáis conmigo y escucháis mi voz, tomad las cabezas de los hijos de vuestro señor y venid a mí mañana, a estas horas, a Yizreel'. Los setenta hijos del rey estaban con los magnates de la ciudad encargados de su educación.
Entonces el administrador de los asuntos del palacio y el gobernador de la ciudad, junto con las demás autoridades de la ciudad y los que cuidaban a los hijos de Acab, le enviaron este mensaje: «Jehú, somos tus siervos y haremos todo lo que nos digas. No proclamaremos como rey a ninguno de los hijos de Acab. Queremos que tú seas nuestro rey. Haz lo que creas conveniente».
Por la mañana, Jehú salió y habló a la multitud que se había reunido: «¡Ustedes son inocentes! Yo conspiré contra mi señor, y lo maté, pero ¿quién mató a sus hijos? Todo lo que el Señor dijo acerca de la familia de Acab se cumplirá. Él declaró por medio de Elías, su siervo, que esto ocurriría a los descendientes de Acab».
“Bueno”, dirán ustedes, “por lo menos a sus hijos los castiga Dios”. ¡Pero yo digo que Dios debe castigar al que peca y no a los hijos de este! Que sienta el castigo en su propia carne.
Entonces el Señor le ordenó a Moisés: «Ejecuta a todos los dirigentes de Israel. Ahórcalos en pleno día delante del Señor para que mi ira se aparte del pueblo».
No te inclinarás delante de imagen alguna para adorarla de ninguna forma, porque yo, el Señor tu Dios; soy un Dios celoso. Yo castigo la maldad que haga un jefe de clan, incluyendo la tercera y cuarta generación de los que me odian; pero muestro misericordia a muchas generaciones de los que me aman y obedecen mis mandamientos.