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1 Samuel 31:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

3 Luego los arqueros alcanzaron a Saúl y le hirieron gravemente.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y arreció la batalla contra Saúl, y le alcanzaron los flecheros, y tuvo gran temor de ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 La batalla se intensificó cerca de Saúl, y los arqueros filisteos lo alcanzaron y lo hirieron gravemente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Luego dirigieron el ataque contra Saúl; los arqueros lo descubrieron y lo hirieron muy gravemente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y arreció la batalla contra Saúl, y lo alcanzaron los hombres que tiran con el arco, y fue herido gravemente por los arqueros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 El peso de la batalla cargó sobre Saúl. Y al dar con él los arqueros, fue herido gravemente por ellos.

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1 Samuel 31:3
6 Tagairtí Cros  

Gente mala le causa amargura, lo atacan sin piedad y le lanzan flechas.


―¿Qué ha sucedido? —le preguntó David—. Dime cómo fue la batalla. Y el hombre respondió: ―El pueblo huyó. Muchos murieron en la batalla. ¡El rey Saúl y su hijo Jonatán también murieron!


―Porque yo estaba en el monte Guilboa, y vi que Saúl se apoyaba en su lanza, y los enemigos lo tenían rodeado.


ordenó que los restos de los hombres fueran llevados a Jerusalén. Al mismo tiempo pidió a los de Jabés de Galaad que devolvieran los restos de Saúl y Jonatán. Ellos los habían rescatado de la plaza pública en Betsán, donde los filisteos los habían colgado, después de la batalla del monte Guilboa. Cuando los de Jabés devolvieron los restos de Saúl y Jonatán, David los hizo sepultar en la tumba de Quis, el padre de Saúl, en la región de Zela de Benjamín. Después de esto, Dios tuvo compasión del pueblo y lo bendijo.


Sin embargo, alguien disparó una flecha sin dirección y esta hizo blanco en el rey Acab, por entre las uniones de su armadura. Entonces el rey ordenó al que conducía su carro: «Sácame de aquí, pues estoy herido».


Entonces sus guerreros más veloces tropezarán en su huida, a los más fuertes no les servirá de nada su fuerza y los valientes no podrán salvar su vida.


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