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1 Samuel 17:43 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

43 ―¿Soy acaso un perro —rugió delante de David— que vienes a mí con un palo? —y maldijo a David en el nombre de sus dioses—.

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Biblia Reina Valera 1960

43 Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

43 —¿Soy acaso un perro —le rugió a David— para que vengas contra mí con un palo? Y maldijo a David en nombre de sus dioses.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

43 El filisteo dijo a David: '¿Acaso soy un perro para que vengas a atacarme con palos? El filisteo maldijo a David por todos sus dioses,

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La Biblia Textual 3a Edicion

43 Y el filisteo preguntó a David: ¿Soy yo acaso un perro para que vengas a mí con palos? Y el filisteo maldijo a David invocando a su dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

43 Dijo entonces el filisteo a David: '¿Soy yo acaso un perro, para que vengas a mí con palos?'. Y el filisteo, invocando a sus dioses, maldijo a David.

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1 Samuel 17:43
14 Tagairtí Cros  

Que muchas naciones te sirvan; que muchos pueblos se inclinen delante de ti. Que seas el amo de todos tus parientes, y que todos ellos se inclinen delante de ti. Malditos sean los que te maldigan, y benditos los que te bendigan».


Cuando David y su compañía pasaron por Bajurín, un hombre salió del pueblo, maldiciéndolo. Era Simí hijo de Guerá, miembro de la familia de Saúl.


―¿Por qué ese perro muerto maldice a mi señor, el rey? —preguntó Abisay hijo de Sarvia—. ¡Deme permiso para ir y cortarle la cabeza!


Abner se enfureció y le gritó: ―¿Soy yo un perro de Judá para ser tratado de esta manera? Después de todo lo que he hecho por ti y por tu padre, no entregándolos a David, ¿ahora me reprochas por una simple cuestión de faldas?


Mefiboset entonces se inclinó de nuevo delante del rey, y dijo: ―¿Debe el rey mostrar tanta bondad con un perro muerto como yo?


El rey de los sirios envió este otro mensaje a Acab: «¡Que los dioses me hagan más de lo que te puedo hacer a ti, si dejo que en Samaria quede el polvo suficiente para que cada uno de los que me siguen se lleve un puñado!».


―¿Soy yo un perro, acaso? —preguntó Jazael—. ¡Jamás haré algo semejante! Pero Eliseo le respondió: ―El Señor me ha mostrado que vas a ser rey de Siria.


Como gorrión que vuela sin rumbo o la golondrina sin nido, la maldición sin motivo jamás llega a destino.


a tal grado que salieron a vendimiar sus viñas. Luego pisaron las uvas y celebraron la fiesta de la cosecha en el templo de un dios local. El vino corría libremente y todos empezaron a maldecir a Abimélec.


Entonces le gritaron a Jonatán y a su escudero: ―Vengan acá pues queremos decirles algo. ―Ven, sígueme —dijo Jonatán a su escudero—, porque el Señor nos ayudará a derrotarlos.


¿Y a quién trata de dar caza el rey de Israel? ¿Debe perder el tiempo buscando a uno que es tan indigno como un perro muerto o como una pulga?


Que el Señor juzgue entre nosotros y que castigue a cualquiera de los dos que sea culpable. Él es mi abogado y mi defensor, y él me rescatará de tu poder.


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