Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





1 Reyes 8:43 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

43 óyelos desde los cielos y responde a sus oraciones. Así, todas las naciones de la tierra conocerán y temerán tu nombre, como tu propio pueblo Israel lo hace, y toda la tierra sabrá que este es tu templo.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

43 tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y harás conforme a todo aquello por lo cual el extranjero hubiere clamado a ti, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y te teman, como tu pueblo Israel, y entiendan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo edifiqué.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

43 oye entonces desde el cielo donde vives y concédeles lo que te pidan. De esa forma, todos los habitantes de la tierra llegarán a conocerte y a temerte, igual que tu pueblo Israel. También sabrán que este templo que he construido honra tu nombre.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

43 escúchalo desde lo alto del cielo donde habitas, y acoge la solicitud de ese extranjero. De ese modo todos los pueblos de la tierra conocerán tu Nombre, te temerán como lo hace tu pueblo Israel, y sabrán que tu Nombre permanece en esta Casa que he construido.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

43 entonces escucha Tú desde los cielos, el lugar de tu morada, y haz conforme a todo lo que el extranjero te pida, para que todos los pueblos de la tierra puedan conocer tu Nombre, para que te teman como tu pueblo Israel, y sepan que a tu Nombre está consagrada esta Casa que he construido.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

43 escúchalo tú desde el cielo, lugar de tu morada, y haz todo cuanto ese extranjero te pida, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y te teman, lo mismo que te teme tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado en este templo que acabo de edificar.

Féach an chaibidil Cóip




1 Reyes 8:43
19 Tagairtí Cros  

Cuando llegó la hora del acostumbrado sacrificio de la tarde, Elías se dirigió hasta el altar y oró: «Señor, Dios de Abraham, Isaac e Israel, demuestra que tú eres el Dios de Israel, y que yo soy tu siervo; demuestra que yo he hecho todo esto por orden tuya.


Que el pueblo de toda la tierra sepa que el Señor es Dios, y que no hay otro Dios.


Señor, Dios nuestro, te rogamos que nos salves del poder del rey de Asiria. Así todos los reinos de la tierra sabrán que solamente tú eres Dios».


«¡Den gracias al Señor y oren a él! ¡Cuéntenle a los otros pueblos las maravillas que él ha hecho!


óyelos desde el cielo donde tú vives, y concédeles lo que te pidan. Así todos los pueblos de la tierra se enterarán de tu fama y te reverenciarán como lo hace tu pueblo Israel; y sabrán que este templo lo he construido para honrar tu nombre.


¡Las naciones temblarán ante el Señor; los reyes de la tierra temblarán ante su gloria!


Todos en esta tierra lo verán y se volverán al Señor. Y la gente de todas las naciones lo adorará.


Desde su trono observa a todo el que vive en la tierra.


Que conozcan tus caminos por toda la tierra, y entre todas las naciones tu salvación.


Todas las naciones que has creado vendrán y se inclinarán ante ti, Señor, y alabarán tu grande y santo nombre.


Nada habrá perjudicial ni destructivo en todo mi monte sagrado, pues así como las aguas llenan el mar, de igual modo la tierra estará llena del conocimiento del Señor.


A mi propio pueblo he comenzado a castigarlo. ¿Habrían de escapar ustedes? ¡No, no evadirán el castigo! Lanzaré a guerra contra todos los pueblos de la tierra, dice el Señor de los ejércitos.


Mira desde tu santa morada en el cielo y bendice a tu pueblo y la tierra que nos has dado tal como prometiste a nuestros antepasados, una tierra de la que fluye leche y miel”.


Les dirán que nuestro Dios secó el río delante de sus ojos y lo mantuvo seco hasta que todos cruzamos, como lo hizo antes con el Mar Rojo.


Él hizo esto para que todas las naciones de la tierra comprendan que el Señor es el Dios Todopoderoso. Por lo tanto, debemos adorarlo para siempre».


El séptimo ángel tocó la trompeta, y varias voces potentísimas gritaron desde el cielo: «El reino de este mundo pertenece ahora a nuestro Señor y a su Cristo; y él reinará para siempre».


Hoy el Señor te vencerá y yo te mataré y te cortaré la cabeza, y daré tu cadáver y el de tus compañeros a las aves de rapiña y a los animales salvajes. Así todo el mundo sabrá que hay Dios en Israel,


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí