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1 Reyes 20:42 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

42 El profeta le dijo: ―El Señor ha dicho: “Por cuanto tú has salvado la vida del hombre que yo dije que debería morir, tú morirás en su lugar, y tu pueblo morirá en lugar del suyo”.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

42 Y él le dijo: Así ha dicho Jehová: Por cuanto soltaste de la mano el hombre de mi anatema, tu vida será por la suya, y tu pueblo por el suyo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

42 El profeta le dijo: —Esto dice el Señor: “Por haberle perdonado la vida al hombre que yo dije que había que destruir ahora tú morirás en su lugar, y tu pueblo morirá en lugar de su pueblo”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

42 Entonces dijo al rey: 'Escucha esta palabra de Yavé: Como dejaste que escapara el hombre que yo había condenado al anatema, tu vida pagará por la suya, y tu pueblo por su pueblo'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

42 Y le dijo: Así dice YHVH: Por cuanto soltaste de la mano al hombre que Yo había consagrado a la destrucción, ¡tu vida será por su vida, y tu pueblo por su pueblo!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

42 Y el profeta dijo al rey: 'Esto dice Yahveh: 'Por haber dejado tú escapar de tus manos al que yo había entregado a mi anatema, tu vida responderá por la suya y tu pueblo por su pueblo''.

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1 Reyes 20:42
11 Tagairtí Cros  

―¡Tú eres ese hombre! —le dijo Natán a David—. El Señor Dios de Israel dice: “Yo te hice rey de Israel y te salvé del poder de Saúl.


Ben Adad le dijo: ―Te devolveré las ciudades que mi padre le quitó al tuyo, para que puedas establecer puestos de comercio en Damasco, como mi padre hizo en Samaria. Acab le contestó: ―Siendo así, te dejaré en libertad. De este modo Acab hizo un pacto con Ben Adad, y lo dejó ir.


Cuando el rey pasó, el profeta lo llamó y le dijo: ―Señor, yo estaba en la batalla, y un hombre me entregó un prisionero y dijo: “Cuida a este hombre; si él se va, morirás, o me tendrás que dar treinta mil monedas de plata”.


Entonces el profeta se arrancó el vendaje de los ojos, y el rey lo reconoció como uno de los profetas.


Sin embargo, algún tiempo después, el rey Ben Adad, de Siria, reunió sus tropas y puso sitio a Samaria.


―¿Qué le pasa a mi señor? —le preguntó Jazael. Eliseo le respondió: ―Yo sé las cosas terribles que le harás al pueblo de Israel. Quemarás sus ciudades fortificadas, matarás a los jóvenes, estrellarás a los niños contra las rocas, y abrirás el vientre a las mujeres embarazadas.


Ninguno que haya sido sentenciado a muerte podrá pagar por su rescate, sino que deberá morir.


Te trata así porque no has obedecido sus instrucciones cuando él estaba tan enojado con Amalec.


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