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1 Reyes 18:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

7 Repentinamente, Abdías vio que Elías se le acercaba. Abdías lo reconoció inmediatamente y cayó en tierra delante de él. ―¿Es usted, mi señor Elías? —le preguntó.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

7 Y yendo Abdías por el camino, se encontró con Elías; y cuando lo reconoció, se postró sobre su rostro y dijo: ¿No eres tú mi señor Elías?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Mientras Abdías iba caminando, de pronto vio que Elías se le acercaba. Abdías lo reconoció enseguida y se postró hasta el suelo ante él. —¿De verdad eres tú, mi señor Elías? —preguntó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Cuando Obadías iba de camino, le salió al encuentro Elías. Obadías lo reconoció, se echó con el rostro en tierra y dijo: '¿Eres tú Elías, mi señor?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y cuando Abdías iba por el camino, he aquí Elías venía a su encuentro; y como lo reconoció, cayó sobre su rostro y le preguntó: ¿Eres tú mi señor Elías?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Mientras Abdías iba por su camino, le salió al encuentro Elías. Al reconocerlo, se postró rostro en tierra y exclamó: '¿Eres tú Elías, mi señor?'.

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1 Reyes 18:7
16 Tagairtí Cros  

Por eso, Sara no pudo evitar reírse, mientras pensaba: «¿Será posible que vaya a tener semejante placer, siendo que tanto mi marido como yo somos muy viejos?».


Abraham levantó la mirada y vio que tres hombres se dirigían hacia él. Se levantó de un salto y corrió al encuentro de ellos. Se inclinó hasta tocar el suelo con su frente,


Entonces Judá dijo: ―¿Qué podemos decirle a mi señor? ¿Qué podemos decir a nuestro favor? ¿Cómo podríamos alegar inocencia? Dios nos está castigando por nuestros pecados. Señor, todos nosotros hemos regresado para ser sus esclavos, todos, incluso aquél en cuyo costal se encontró la copa.


Y nosotros le respondimos: “Sí, tenemos un padre, anciano, y un hijo de su vejez, el cual todavía es muy joven. El hermano de este murió y sólo él ha quedado de los hijos de su madre, y su padre lo ama mucho”.


Por eso, señor, permita que yo me quede como su esclavo en lugar del muchacho, y deje que él regrese con sus hermanos.


Luego llegaron sus hermanos, y cayendo de rodillas delante de él le dijeron: ―Aquí estamos para ser tus esclavos.


y trabajaron duramente ayudando a cruzar el río a la familia del rey y a los soldados, y los ayudaron en todas las formas que pudieron. Cuando el rey acabó de cruzar el Jordán, Simí se postró delante de él,


Un día cuando Jeroboán salía de Jerusalén, el profeta Ahías de Siló (que se había puesto una túnica nueva para la ocasión) lo encontró y lo llamó para conversar con él. Cuando los dos hombres estuvieron solos en el campo,


Así que cada uno tomó una dirección opuesta, para ir a recorrer la tierra.


―Sí, soy yo —respondió Elías—. Ahora ve y dile al rey que yo estoy aquí.


Los hijos de quienes los oprimieron a ustedes, habitantes de Jerusalén, vendrán a humillarse y hasta les besarán los pies. Llamarán a Jerusalén «Ciudad del Señor» y «Glorioso monte del Santo de Israel».


y le dijo a Moisés: ―Señor, no nos castigues por este pecado; hemos sido necios al hacerlo.


¿o acaso a un hombre vestido de príncipe? ¡Estos se encuentran en los palacios reales!


Juan usaba ropa hecha de pelo de camello y se la sujetaba con un cinto de cuero. Su alimentación consistía en langostas del desierto y miel silvestre.


En cuanto se fue, David salió de su escondite detrás de la roca, se inclinó tres veces y se puso rostro en tierra. Luego se abrazaron al tiempo que lloraban, especialmente David.


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