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1 Reyes 18:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

2 Entonces Elías fue a decírselo. Debido a la sequía era mucha el hambre que había en Samaria.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Fue, pues, Elías a mostrarse a Acab. Y el hambre era grave en Samaria.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Entonces Elías fue a ver al rey Acab. Mientras tanto, el hambre se hizo muy intensa en Samaria.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Partió pues Elías para presentarse ante Ajab. El hambre era terrible en Samaría.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y fue Elías a presentarse ante Acab. Y la hambruna era aguda en Samaria.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Fue, pues, Elías a presentarse a Ajab. El hambre arreciaba en Samaría.

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1 Reyes 18:2
16 Tagairtí Cros  

Tres años más tarde, el Señor le dijo a Elías: «Ve y dile al rey Acab que pronto enviaré lluvia nuevamente».


El hombre que estaba a cargo de la casa de Acab era Abdías, un devoto servidor del Señor. Una vez, cuando la reina Jezabel trató de matar a todos los profetas del Señor, Abdías escondió a un centenar de ellos en dos cuevas, cincuenta en cada una, y los alimentó con pan y agua.


Por cuanto el rey Ocozías ha hecho esto, el Señor le dice: “No te sanarás, sino que morirás”». Cuando Elías les dijo esto a los mensajeros, ellos regresaron inmediatamente ante el rey. ―¿Por qué han regresado tan pronto? —les preguntó.


Como resultado hubo gran hambre en la ciudad. Al poco tiempo la cabeza de un burro se vendía hasta por ochenta monedas de plata, y un cuarto de litro de estiércol de paloma, por cinco.


El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor me protege del peligro, ¿quién podrá amedrentarme?


Es contra ti, sólo contra ti, que he pecado, y he hecho lo malo ante tus ojos. Tu sentencia contra mí es justa y tu juicio irreprochable.


Continuamente tuercen mis palabras. En lo único que piensan es en cómo perjudicarme.


El malvado huye sin que nadie lo persiga; pero el justo vive confiado como león.


Yo, sí, yo soy el que te conforta y te da todo este gozo. Así pues, ¿por qué temer a los simples mortales que cual la hierba se marchitan y desaparecen?


Si salgo a los campos, allí están los cuerpos de los muertos caídos por las heridas de las espadas enemigas; y si ando por las calles, allí están tirados los muertos que causaron el hambre y la enfermedad. Y sin embargo, los profetas y sacerdotes por igual se encargaron de viajar por todo el país afirmando a diestra y siniestra de que todo andaba bien, hablando de cosas que ignoraban por completo.


Gastarán sus fuerzas en vano, porque la tierra no producirá, ni sus árboles darán fruto.


Destruiré sus abastecimientos de alimento, de modo que un horno será suficiente para cocer el pan de diez familias, y tendrán hambre después que les hayan dado su ración.


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